Viernes, 8 de marzo de 2013 | Hoy
ECONOMíA › PARA ALIVIO ARGENTINO, LA INDUSTRIA BRASILEÑA VUELVE A CRECER
La producción industrial de enero creció 5,7 por ciento en Brasil. El repunte refleja el abandono de la política de enfriamiento que aplicó el gobierno de Dilma en 2012 y que provocó la recesión. Buena noticia para la industria argentina.
Por Raúl Dellatorre
La economía brasileña, principal factor de tracción externa para la industria manufacturera argentina, muestra signos de franca recuperación en el arranque de 2013. Las estadísticas oficiales del socio mayor del Mercosur muestran una mejora de la producción industrial del 2,5 por ciento en enero respecto de diciembre de 2012, en tanto que registró un incremento del 5,7 por ciento respecto del primer mes del año pasado. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), de los 27 sectores incluidos en el relevamiento, 18 computaron crecimiento respecto de diciembre.
La producción de vehículos automotores es la que evidenció una recuperación más acelerada. Respecto de enero de 2012, registra un aumento en su nivel del 39,3 por ciento. En relación con diciembre, la suba es del 4,7 por ciento. La diferencia de variación está dada porque a principios del año pasado, por efecto de la retracción de las ventas de automóviles fundamentalmente para el mercado externo, muchas terminales le impusieron el período de vacaciones a todo su personal para discontinuar la fabricación. Estas paradas de planta se reflejan ahora en las estadísticas comparativas entre un año y otro.
Más que la crisis internacional con epicentro en la economía europea, fue la desaceleración industrial de Brasil lo que afectó en forma directa a la Argentina durante el año 2012. Fundamentalmente, porque el país vecino es el destino excluyente para diversos rubros de fabricación nacional. Algunos, como textiles y calzados, porque son producidos por unidades pequeñas y medianas (pymes) que mal podrían en el corto plazo encontrar un mercado alternativo para la colocación de sus productos. En otros casos, como la industria automotriz, porque se trata de filiales de multinacionales que trabajan en función de una estrategia global de marca. Es decir, operan en base al comercio compensado intrafirma –entre filiales de la propia empresa, aquí y en Brasil–, por lo cual una baja en la actividad en Brasil afecta a su unidad de producción y ventas en Argentina y viceversa. Por la diferencia de dimensión, cuando el problema se origina en Brasil, como ocurrió en 2012, el impacto global es mayor, y el perjuicio en particular para el socio menor (Argentina) es más significativo.
La producción industrial brasileña registró una retracción del 2,6 por ciento durante 2012, de la cual recién ahora muestra signos firmes de recuperación. El dato no había sido suficientemente tenido en cuenta por los analistas económicos argentinos ortodoxos el año pasado, presumiblemente porque ponía en evidencia que las “políticas de prudencia monetaria” para contener la inflación que ellos elogiaban –aplicadas por Brasil– estaban en el origen del sufrimiento de su industria. La política de “metas de inflación” instrumentadas desde el Banco Central de Brasil, junto a medidas restrictivas para evitar un “recalentamiento”, le impusieron el freno de mano a la economía. Hay que decir que, en estas últimas, también tuvieron responsabilidad los sectores heterodoxos neodesarrollistas que participan del gobierno de Dilma Rousseff.
Fue precisamente esta mezcla de ortodoxia con heterodoxia conservadora en las políticas económicas la que impuso el freno a la economía más fuerte de la región. El enfriamiento de la economía tomó la forma de un ahorro fiscal que se justificó en la necesidad de ahuyentar el fantasma inflacionario. Recién cuando el gobierno de Dilma advirtió los costos de tal política y retomó las políticas públicas de aliento a la producción y el consumo (hacia fines de 2012), logró salir de la trampa.
El crecimiento interanual de la industria brasileña registrado en enero es el mayor en un período de 23 meses (desde febrero de 2011). Entre los sectores que se destacaron por su recuperación en enero, además del automotor, se inscriben la refinación de crudo, maquinaria y equipo y farmacéutica.
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