Guillermo Moreno le cuestionó a los directivos de Clarín una supuesta mala gestión de la compañía.
Imagen: Télam.

El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, participaron ayer de la Asamblea Anual del Grupo Clarín en representación del Estado, que posee el nueve por ciento de las acciones de la empresa. Los funcionarios llegaron acompañados por asesores, periodistas y camarógrafos, que se sumaron a la reunión para “compensar” los desplegados por el multimedios. Luego de algún escarceo inicial, todos pudieron ingresar al encuentro, que se extendió desde las 15 a las 20. Los principales accionistas hicieron valer su mayoría para aprobar el balance, designar autoridades y crear un fondo de reserva con el dinero de las ganancias. Además, rechazaron las impugnaciones de los representantes del Estado, quienes cuestionaron la falta de información del balance y refutaron la crítica caracterización de la economía que aparece en la memoria de la empresa.

“Filmá a todos los que vinieron acá, a cada uno de los que hablan, y que los taquígrafos empiecen a tomar nota de lo que va a ser la primera asamblea pública del Grupo Clarín, como corresponde a la transparencia, así que gracias por la bienvenida”, aseguró Moreno una vez instalado en el edificio que el multimedios tiene en Barracas. El agradecimiento fue irónico, pues los representantes del Estado tuvieron problemas para ingresar. La empresa afirmó que las dificultades surgieron porque intentaron hacerlo junto a personas no autorizadas, como camarógrafos de la Televisión Pública y periodistas de la agencia Télam. Desde el Gobierno respondieron que el Grupo Clarín también había llevado gente que no figuraba en el listado de asistentes, como periodistas de TN y del diario Clarín. Por eso finalmente se decidió que todos pudieran pasar. Además, explicaron que los inconvenientes del comienzo fueron porque empleados de la empresa insultaron y amenazaron a los funcionarios.

En un video que hizo circular Clarín se puede ver a la esposa de Moreno, Marta Pascales, ya dentro del edificio, tratando de abrir la puerta de la sala de reuniones. “Abra la puerta. No me provoque. Usted me está tocando”, dice Pascales. Además de Moreno, Kicillof y Pascales, también estuvieron el titular de la Sigen, Daniel Reposo, y el presidente de la Comisión Nacional de Valores, Alejandro Vanoli. Una vez adentro, Moreno organizó a su gente. “Pasen, los taquígrafos, vamos. Que filmen nuestras cámaras, por favor. Así emparejamos como corresponde. Los taquígrafos se ubican aquí y nuestros escribamos con los escribanos de ellos”, remarcó. Luego insistió con la necesidad de filmar lo que estaba ocurriendo: “¿Están nuestras cámaras? Filmen todo con precisión y dedicación”.

Minutos antes de comenzar la asamblea, Moreno creyó identificar a un hombre de Clarín que habría participado en asambleas de Papel Prensa. “¿Este es el de siempre o es otro?”, le preguntó a Reposo. “¿Es el espía de Papel Prensa? ”, afirmó. “Soy de Clarín. Nunca estuve en Papel Prensa, en mi vida”, se limitó a responder el empleado del Grupo.

Cuando empezó la asamblea, los principales accionistas hicieron valer su mayoría y aprobaron todos los puntos del orden del día sin que el Gobierno pudiera impedirlo. Igual Moreno y Kicillof plantearon sus reparos. El secretario de Comercio Interior cuestionó que el Grupo haya reducido sus ganancias: “Usted ha sido un mal hombre de negocios en los últimos años, usted y naturalmente el señor Magnetto, que es el presidente de la empresa”, le dijo a José Aranda, vicepresidente del Grupo Clarín. “¿Cómo los inversores van a tener confianza en esta compañía que no cumple con lo que el marco regulatorio exige? ¿Cómo vamos a ampliar el capital si no cumplen con la ley? Tratan de hacer todas las chicanas posibles para ver si en algún momento cambia el tiempo. Ustedes han bastardeado el activo de esta sociedad. Cambien la conducta que están teniendo porque nos están llevando a la quiebra”, agregó.

Además, llamó la atención sobre la falta de información del balance, en particular sobre el sueldo de los directores y la contratación de una auditoría sin que se aclare qué presupuesto demandará. “Es una empresa oscurantista, que no puede mostrar sus números y que termina eligiendo un auditor externo sin presupuesto. Eso es la síntesis de esto. Igual que Papel Prensa. Hemos quedado sorprendidos de las cosas que hemos visto”, afirmó Moreno. Con respecto a los sueldos, Moreno solicitó en varias oportunidades que le explicitaran cuánto cobraba cada director, hasta que finalmente le dijeron que su retribución es de 200 mil pesos por mes. Kicillof, por su parte, cuestionó la memoria de la empresa, donde se afirma que el Grupo redujo sus ganancias con respecto a 2011 porque al país le va peor debido a una supuesta incompetencia del Gobierno en lo que se refiere a la administración de la economía. Incluso el balance dice que Argentina es uno de los peores países de la región. No obstante, Kicillof hizo una detallada caracterización de la situación de cada país de la región para demostrar que Argentina no está en peor situación y remarcar que el freno no se debió a errores de política económica, sino al impacto de la crisis internacional.

Los accionistas mayoritarios del Grupo desestimaron esos planteos y al finalizar la asamblea hubo un aplauso por parte de quienes participaron en representación de Clarín. “Aguante Clarín, carajo” y “No nos van a vencer, hijos de puta”, fueron algunos de los gritos que se escucharon.