El Gobierno denunció ayer a cuatro países europeos en la OMC por el uso de reglas poco claras para frenar la importación de biocombustible argentino. En medio de la crisis internacional, la Zona Euro lleva adelante políticas de proteccionismo, que se traducen por caso en ese tipo de restricciones. Especialistas explican que esas medidas rompen acuerdos de comercio internacional, mientras que fabricantes locales de energía renovable precisan que el país cumple todos los requisitos de sustentabilidad ambiental para exportar.

El año pasado los despachos de biocombustibles al mundo alcanzaron 2000 millones de dólares. Europa explica el 90 por ciento de esas ventas, pero en los primeros meses de este año, el desempeño de las firmas exportadoras evidenció un cambio abrupto. Hubo un fuerte retroceso de los flujos comerciales, pasando de colocar 150.000 toneladas mensuales a menos de 30.000. Uno de los principales problemas fue que en febrero la Unión Europea acusó de dumping a las empresas argentinas. Eso explicó una rápida contracción de las compras del Viejo Continente. Los importadores disminuyeron sus compras a proveedores locales por miedo a represalias o multas futuras en el caso de comprobarse el uso de valores predatorios de firmas argentinas.

El otro problema fue que cuatro países europeos (Francia, Bélgica, Italia y Polonia) blindaron sus mercados internos con medidas que no respetarían acuerdos internacionales de comercio. “Modificaron las legislaciones nacionales para restringir el acceso de los biocombustibles argentinos”, dijo a Página/12 Gustavo Idígoras, de la cámara sectorial (Carbio). Frente a esa situación, el Gobierno presentó una denuncia ante la OMC para defender a los exportadores locales de energía renovable, En sesenta días, la UE tiene que responder sobre el uso de las reglas que limitan la competencia de los fabricantes nacionales. En caso contrario, la OMC deberá fallar a favor de alguna de las partes.

A continuación se detallan las tácticas de proteccionismo de los cuatro países denunciados:

- En el caso de Francia se instrumentó un sistema de cuotas que se otorgan únicamente a productores franceses, impidiendo la entrada de cualquier otro competidor del resto del mundo. Ese cierre no es menor, porque se trata de un mercado importante, con un nivel de consumo de biocombustibles de 2 millones de toneladas al año.

- El recurso de Bélgica fue todavía más “sofisticado”, afirmaron a este diario los expertos. En la legislación belga establecieron que la materia prima de origen europeo es más sustentable que la de argentina. Ese mercado es algo menor al francés, con un consumo de unos 0,8 millones de toneladas anuales.

- En Italia modificaron la normativa comercial para introducir licencias no automáticas y aplicar cupos a la importación de energía renovable. También incorporaron un criterio de preferencia a la compra de biocombustibles de origen europeo a partir de un argumento de sustentabilidad.

- En el caso de Polonia se utilizó una herramienta similar a la de Francia.

Informe: Federico Kucher.