ECONOMíA › “NO SE PUEDE PAGAR A LOS PRIVADOS Y A ORGANISMOS AL MISMO TIEMPO”
Monedas que no alcanzan para todos
Lavagna buscó poner freno al reclamo de los acreedores privados, antes de viajar a Europa. Advirtió que si el FMI no prorroga los pagos de los primeros años, “no hay posibilidad de hacer una oferta seria”.
Una de las prioridades del FMI al comenzar la negociación de un nuevo acuerdo con Argentina es que el Gobierno vuelva a pagar la deuda con acreedores privados. Para ello exige un aumento del superávit fiscal, a fin de elevar la cantidad de recursos con que pagarles a los tenedores de bonos. El Fondo ya aceptó que habrá una quita de la deuda, pero intenta acotarla. Roberto Lavagna también puso ayer a los acreedores privados en el centro de la escena, aunque para invertir los términos de la ecuación. En un reportaje que concedió al conservador diario londinense Financial Times, el ministro de Economía advirtió que “no hay posibilidad de hacer una oferta seria” de reestructuración de la deuda sin un entendimiento previo con el FMI, que libere al país de cubrir los vencimientos con los organismos internacionales.
Los acreedores privados, de acuerdo al razonamiento de Lavagna, quedaron como rehenes del arreglo con el Fondo. “No vamos a hacer promesas que no podemos cumplir”, subrayó el jefe de Hacienda. “No podríamos pagar simultáneamente a los organismos multilaterales y al sector privado en los primeros años. No hay manera, aun si incrementáramos el superávit fiscal”, puntualizó. El Financial Times es un diario que expresa los intereses del sector financiero británico, con alta repercusión internacional. Lavagna eligió ese medio para mandarles un mensaje a los acreedores de Argentina: si quieren cobrar, les conviene intermediar en favor del país ante el FMI para que facilite el camino a un nuevo acuerdo.
“La reestructuración de la deuda (privada) está fuertemente vinculada a la postergación de toda la deuda con los organismos multilaterales”, insistió. “Sin eso, los números no cierran y no hay forma de hacer una oferta seria”, dijo otra vez.
El ministro recibirá hoy al delegado permanente del Fondo en Argentina, el inglés John Dodsworth, quien participa activamente en la discusión de un nuevo convenio. El primer motivo del encuentro es concluir la revisión de las metas del acuerdo vigente. El Gobierno sobrecumplió los objetivos fiscales, con un superávit de 5100 millones de pesos en el primer semestre, 600 millones por encima del compromiso asumido con el organismo. Esa buena performance fiscal llevó a especular a algunos consultores que mantienen un diálogo fluido con los técnicos del Fondo a que el Gobierno aceptaría aumentar la meta de superávit. Lavagna se apuró a desalentar esas presunciones.
En el convenio actual la Argentina aceptó la obligación de conseguir un superávit equivalente a 2,5 puntos del PIB, distribuido en 2,1 puntos el resultado positivo de la Nación y en 0,4 el de las provincias. Como hasta el momento el gobierno central está excediendo esa meta, el foco del FMI se está orientando a la situación fiscal de las provincias. El organismo pretende que igualen el esfuerzo de la Nación y estiren su superávit. Una propuesta que Dodsworth discutirá con Lavagna es que la Nación envíe menos fondos a los distritos del interior por coparticipación de impuestos y estos cubran el bache con mayor recaudación propia.
Por ahora la respuesta de Lavagna es cambiar el eje de la discusión. El ministro se sumará la próxima semana a la gira de Néstor Kirchner por Europa, y allí aprovechará para mantener contactos con inversores privados que poseen bonos argentinos. Les dirá que si todo sale bien, el Gobierno cerrará antes del 31 de agosto un nuevo acuerdo con el Fondo y, el 23 de septiembre, les hará una primera propuesta de reestructuración de esos títulos.