SOCIEDAD › UN CUADERNILLO PARA DOCENTES SOBRE SEXUALIDAD
Hablando de sexo en el aula
Por Pedro Lipcovich
”Profe: si yo llevara preservativos en mi cartera, ¿estaría todo bien?” Pocas alumnas de secundaria pueden formular sinceramente esta pregunta, y muy pocas profesoras y profesores están en condiciones de responderla plenamente. Para enfrentar cuestiones como ésta, el gobierno porteño presentará hoy el cuadernillo para docentes Salud, sexualidad y VIH–sida; se efectuará también un taller para profesores.
Uno de los textos que incluye el cuadernillo lleva como título la pregunta clave: “Si saben, ¿por qué no se cuidan?”. Es que, observa Graciela Lombardi –coautora del trabajo, junto con Martha Weiss–, “no alcanza con tener información, si la información no se articula con lo que uno siente y, también, si las creencias sociales no son buenas para cuidarse”. Una creencia que no suele servir para cuidarse es “vincular el riesgo con la ‘promiscuidad’, lo cual conduce a que la persona se diga: ‘Con esta chica no me cuido, porque la conozco’”.
Pero, ¿qué puede hacer con esto un profesor de secundaria? “Lo sepa o no, el docente es un modelo humano de creencias, actitudes y sentimientos, es una encarnación de valores –contesta Lombardi–, y realmente sucede que, cuando los chicos encuentran un profesor o un preceptor en quien poder confiar, llegan a plantearle situaciones que no saben resolver en sus vidas cotidianas, los buscan como adultos confiables a quienes pedir ayuda.”
El cuadernillo está organizado en tres bloques: “Salud”, “Sexualidad” y “Prevención del VIH-sida”. Se trata de “que el docente logre escuchar lo que dicen los chicos y entender por qué lo dicen –explica Lombardi–. Muchas veces, como los grandes, ellos actúan repitiendo modelos”.
¿Qué modelos? “Por ejemplo, que una chica compre preservativos y los lleve en su cartera puede no corresponder al modelo de mujer que recibió de su madre. Una mujer que se precie de ser femenina no debe hacer eso pero, entonces, el varón, el chico queda muy solo en esa decisión. Y, si no es algo compartido entre ambos, muy difícil será incorporar una barrera mecánica en ese momento tan íntimo. Para poder hacerlo es preciso, en algún momento, atravesar una barrera de pudor. Vemos que el uso del preservativo es el resultado de una construcción previa, prolongada. En esto, la palabra o el gesto de un adulto pueden ser esenciales, y un profesor –destaca Lombardi– puede estar en el mejor lugar para cumplir esa función”.
El material para los profes fue producido por las secretarías de Salud y de Educación de la Ciudad de Buenos Aires y se presentará hoy a las 18.30 en Moldes 1858; los docentes que concurran participarán en un taller coordinado por las autoras.