ECONOMíA

Con acreedores privados, otro partido de visitante

Guillermo Nielsen inició en Tokio una gira para persuadir a los acreedores de que se sienten a la mesa de negociación con la “mente abierta”. No sólo habrá quita en intereses sino también en capital.

En los próximos días, toda la atención estará concentrada en la cumbre Bush-Kirchner, en Washington. Roberto Lavagna acompañará al Presidente en su viaje bautismal a Estados Unidos, donde la cuestión económica ocupará buena parte de la agenda. Pero, simultáneamente, el gobierno deberá jugar de visitante otro partido, no menos importante en materia económica. Al otro lado del globo, en Tokio, el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, inició ayer una gira de diez días con el objetivo de convencer a los acreedores extranjeros de que acepten sentarse a la mesa de negociación con la “mente abierta”. Dicho de otro modo: la idea es que desistan de litigar judicialmente en los tribunales internacionales para reclamar el pago de la deuda en default y, al mismo tiempo, estén dispuestos a escuchar una propuesta de pago que incluirá una fuerte quita de capital.
El hecho de que Tokio sea la primera escala de la gira que emprendió ayer Nielsen, no es casual. Una buena parte de los acreedores privados del Estado son inversores y jubilados japoneses que, asesorados por bancos de inversión internacionales, apostaron sus ahorros a títulos de la deuda argentina, los que dejaron de pagarse desde diciembre de 2001. En su anterior visita a Japón, Nielsen pasó un momento difícil. Durante una nutrida reunión con acreedores, un inversor nipón se levantó de su asiento y le sugirió a viva voz la posibilidad de cobrarse con tierras de la Patagonia.
El miércoles, el segundo de Lavagna estará en Francfort, la capital financiera de Alemania, donde está radicado otro grupo importante de tenedores de papeles de la deuda argentina. Allí hay dos clubes de acreedores, coordinados para algunos de los mayores bancos de inversión alemanes, que, por separado, ya anticiparon que no aceptarán ningún recorte en el capital de la deuda, aunque sí están dispuestos a conversar sobre plazos y tasas de interés.
El road show continuará el jueves en Roma, donde no será nada sencillo dialogar con los acreedores italianos, los cuales no dudaron en recurrir a la Justicia de su país para reclamar el embargo de las cuentas y activos en el exterior del gobierno argentino, hasta tanto no restablezca el pago de la deuda en default.
Desde Roma, Nielsen volará a Nueva York, ciudad a la que arribará el sábado y en donde permanecerá hasta el lunes, día en que, además de los encuentros con acreedores, se reunirá con el titular de la Reserva Federal de esa ciudad, William McDonough. La gira concluirá el martes, en Miami. En esa ciudad están radicados la mayoría de los tenedores estadounidenses de bonos argentinos que efectuaron demandas judiciales contra la Argentina. Más aún, en Economía sospechan que una parte considerable de estos acreedores “díscolos” son empresas o particulares de origen argentino, pero con domicilio legal en Florida.
Si Nielsen concluye con éxito su periplo por el mundo financiero, el Gobierno estaría en condiciones de presentar formalmente una propuesta de reestructuración de la deuda a fines de septiembre, en Dubai, durante la Asamblea anual conjunta del Fondo Monetario y el Banco Mundial. Claro que para ello también será crucial el aval que consigan en estos días Kirchner y Lavagna en Washington, tanto del gobierno norteamericano como del FMI. Si bien aún falta definir la letra chica, en Economía ya dejaron trascender, en más de una oportunidad, que la oferta se basará en una quita de alrededor del 70 por ciento en el capital adeudado.

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Guillermo Nielsen. El Gobierno propondrá un recorte de capital del 70 por ciento.
 
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