La desocupación fue de 6,8 por ciento en el tercer trimestre del año, al retroceder 0,8 punto porcentual frente al mismo período del 2012, cuando se había anotado un desempleo de 7,6. Así lo informó ayer el Indec. Este desempeño del mercado laboral no se explicó por un incremento de la creación de nuevos puestos de trabajo, sino por una menor cantidad de personas que salieron a buscar trabajo. El desafío de la política económica será lograr que las empresas amplíen su plantilla de personal, justo cuando la escasez de divisas está produciendo tensiones para sostener un elevado crecimiento económico.

En los 31 aglomerados urbanos que releva el Indec, hubo 804 mil personas que no consiguieron trabajo en el tercer trimestre. Este dato adquiere relevancia si se tiene en cuenta que en el mismo período del 2012 la desocupación ascendió hasta 906 mil individuos. Esta merma del desempleo, pese al crecimiento de la actividad económica en los últimos meses, no se debió a un alza en la creación de puestos de trabajo. El organismo indicó que los ocupados ascendieron a 10.978.000 personas, contra 10.983.000 del año pasado, lo cual se reflejó en un retroceso de la tasa de empleo del 43,3 al 42,9 por ciento.

El motivo de la caída en la desocupación fue la evolución de la población económicamente activa. La cantidad de personas que salieron al mercado para buscar trabajo, sin importar si lo consiguieron, retrocedió desde 11.889.000 hasta 11.782.000 personas en el último año, por lo cual la tasa de actividad cayó del 46,9 al 46,1 por ciento. El balance fue que 100 mil individuos dejaron de buscar empleo y, por tanto, dejaron de contabilizarse en la fila de desocupados.

La región del país que registró los niveles de desempleo más bajos fue Noreste, con una tasa del 2,1 por ciento. En la lista continuó la zona Cuyo, con 4,8 por ciento; Noroeste, con 5,4; Patagónica, con 5,9; Gran Buenos Aires, con 7,4, y Pampeana, con 7,6. En cuanto al conurbano bonaerense, que concentra la mayor densidad habitacional, la desocupación fue 8,1 por ciento.

El desempleo de 6,8 por ciento del trimestre pasado fue una nueva marca histórica. “Se trata de la desocupación más baja para un tercer trimestre de toda la serie (a partir de 2003)”, subrayó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en su discurso tras la jura de los nuevos funcionarios del gabinete. El dato adquiere relevancia si se tienen en cuenta las tensiones del mercado laboral que se registraron en el mundo a partir del estallido de la crisis financiera en 2008. “América latina presenta dificultades para crear nuevos puestos de trabajo, aumentar las tasas de formalización y hacer descender los niveles de desocupación”, indicó un informe de Cepal. En cuanto a los países avanzados, Estados Unidos todavía no alcanzó a recuperar los niveles de empleo previos a la caída de Lehman Brothers, al tiempo que en la Zona Euro las medidas de ajuste provocaron un “default” sociolaboral. Países como España alcanzaron tasas de paro del 25 por ciento.

Más allá del indicador del tercer trimestre, el desafío para los próximos años será generar nuevos puestos de trabajo, en un contexto de menor disponibilidad de dólares para impulsar la actividad económica. La preocupación parece central para el nuevo equipo económico. “Es hora de poner en discusión con mucha mayor precisión el camino de la industrialización. La herramienta para hacerlo, la única que funciona a mediano y largo plazo, es la planificación desde el Estado, dirigiendo los recursos hacia el desarrollo productivo. Y sus protagonistas son necesariamente los trabajadores, la clase social que se juega aquí todos los avances y conquistas alcanzados”, dijo Axel Kicillof, en una columna de opinión publicada en 2010 en el suplemento Cash de Página/12.

Informe: Federico Kucher.