La petrolera mexicana Pemex envió un documento a la SEC, entidad supervisora del mercado estadounidense, donde se manifestó dispuesta a desprenderse de un 4,12 por ciento del capital de la española Repsol. Los mexicanos tienen un 9,34 por ciento de las acciones, pero podrían “desinvertir” porque no están conformes con la conducción de Antonio Brufau. Le reprochan no hacer todo lo posible para cerrar el conflicto con YPF, lo que permitiría hacer nuevos negocios en Vaca Muerta. En los últimos días se especuló incluso con que intentarían ampliar su participación en Repsol junto con Slim para forzar un cambio de rumbo, pero eso fue descartado.