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En la edición de Página/12 del lunes pasado, dos personajes del más rancio neoliberalismo agrario, Martín Fraguío y Gastón Fernández Palma, tuvieron la oportunidad –gracias a la proverbial adhesión de este diario a los genuinos principios de la libertad de opinión, cosa que no ocurre en los diarios que cotidianamente sostienen los puntos de vista de estos autores, donde tienen “columna abierta” para vociferar contra todo lo que no les es propicio a sus mezquinos intereses– de dar un sonsonete antirretenciones. Son voceros oficiosos y a veces oficiales del orden establecido agroproductivo y agroindustria: productores tradicionales de grandes apellidos –reunidos en la Sociedad Rural–; productores advenedizos con pobres apellidos pero abultados bolsillos –amuchados en Confederaciones Rurales Argentinas y “Autoconvocados”, que responden a Cámaras y Asociaciones como Aapresid, Maizar y otra decena equivalente–; acopiadores y corredores; exportadores de la producción e importadores de insumos.

No es mi intención polemizar en abstracto con estos personajes que ya todos conocemos. Durante el conflicto por la 125, los invitamos muchas veces a debatir sobre el contenido de una segregación de las retenciones que hiciera más equitativa la aplicación de esa resolución. Su soberbia no solo los alentaba a denegarnos esa posibilidad, sino que nos hicieron objeto de agresivas descalificaciones (Fernández Palma en acto público frente a la Municipalidad de Necochea). Hoy vuelven con sus mismos gastados y egoístas argumentos. Es cierto que hoy hay una situación distinta a la de 2008, pero ellos claman por lo mismo: “No a las retenciones”. Lo hacían en los mismos términos y enarbolaban las mismas consignas en los piquetes de entonces. Ya no engañan a nadie y seguro que mucho menos a los lectores de Página/12, pero no por eso está permitido dejarlos pastar. Son peligrosos. No se detienen ante nada. Saben bien con quienes aliarse para las próximas elecciones. El propio Fernández Palma es, en Necochea, asociado al nefasto dirigente de los peones rurales, Gerónimo Venegas, un adherente público al proyecto de Maurizio.

Hoy encuentran razones en el precio deprimido de los commodities y hablan de “Costos de Producción” pero cuando los precios eran otros, nosotros los invitábamos a debatir con los Análisis de Costos y Rentabilidades en la mano, para diseñar un razonable Sistema de Retenciones Segmentadas por escalas y producciones y ellos solo respondían que nadie tenía derecho a “meter la mano en sus bolsillos” y se quejaban porque de tres camiones que salían de sus campos, uno era para el gobierno, cuando en realidad los dos que les quedaban a ellos arrojaban resultados fabulosos para su rentabilidad, por la fantástica renta diferencial que otorga la tierra y el clima argentino.

Siempre estaremos disponibles para el debate, pero no para discutir slogans, sino para acordar una reglamentación que distribuya en forma progresiva la carga del gabelo y así permita rentabilidades adecuadas para todos. Esto es lo que nunca aceptarán, porque ello trasciende esta coyuntura y ubica el problema en el verdadero significado de la Renta Agraria Argentina aplicada en una dispersión tan significativa, que cada día empobrece más al más chico y enriquece más al más grande, sea este poseedor del capital tierra o del capital operativo.

* Presidente de Alteragro, ingeniero agrónomo.