Jueves, 24 de diciembre de 2015 | Hoy
ECONOMíA › EL MINISTRO DE PRODUCCIóN PRESENTó EL NUEVO SISTEMA INTEGRADO DE MONITOREO DE IMPORTACIONES
El nuevo régimen flexibiliza las condiciones de importación, otorgando licencia automática a más de 12 mil productos. Desaparecen las DJAI, “una barrera arbitraria y poco transparente”, las definió el ministro de la Producción.
Por Federico Kucher
El Ministerio de la Producción a cargo de Francisco Cabrera presentó ayer el Sistema Integrado de Monitoreo de Importaciones (SIMI), con el cual se reemplaza el control instrumentado con las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI). Desde Producción detallaron que unos 12.000 productos tendrán licencias automáticas, por lo que podrán ingresar con un simple trámite a la plaza local, en tanto que 1400 productos funcionarán con licencias no automáticas, requiriendo autorización para entrar al país en un plazo máximo de 60 días. En el sistema previo de declaraciones juradas no había un tiempo predefinido para aprobar la importación. Textiles, calzados, juguetes, plásticos y químicos, entre otros, contarán con licencias no automáticas. Especialistas en comercio indicaron a este diario que el nuevo sistema de importaciones apunta a la desregulación del intercambio comercial, con el objetivo de disciplinar el aumento de los precios en el mercado interno causado por la devaluación y moderar los reclamos salariales.
El 88 por ciento de los productos que tenían controles a la importación en los últimos años pasarán a estar libres de regulaciones comerciales y podrán ingresar al país con una simple presentación. El sector público no revisará las condiciones en las que entran estas mercaderías, entre las que se destacan insumos para la industria nacional, energía y productos de la minería. El secretario de Comercio, Miguel Braun, que tendrá a cargo administrar el sistema SIMI, resaltó que la medida pone en marcha un esquema más eficiente para el intercambio comercial. “Las DJAI representaban una barrera arbitraria y poco transparente al comercio internacional. Lejos de resguardar el empleo argentino, contribuyeron al estancamiento de la inversión, el comercio y los puestos de trabajo que sufrimos en los últimos cuatro años. Sólo es posible el desarrollo sostenible con reglas claras y previsibles.”
El ministro Cabrera también destacó las ventajas de la iniciativa. “Las DJAI eran el cepo al empleo y la inversión. Con un sistema claro y previsible, estamos cuidando el empleo argentino e impulsando las nuevas inversiones y el desarrollo comercial. Como dice el presidente Macri, el mundo nos está esperando.”
Las licencias no automáticas de importación, que requieren un plazo de hasta 60 días para la autorización del ingreso de los bienes, alcanzarán a 1400 productos (el 12 por ciento del total de los artículos importados), en donde se encuentran las actividades que emplean mucha mano de obra. Los bienes de la industria automotriz y autopartes, motos, neumáticos, maquinarias, textiles, calzado, equipos eléctricos, maquinaria agrícola, electrónicos, juguetes, papel, plásticos, siderurgia, madera, muebles y química estarán alcanzados por este sistema de importación no automática. La idea es monitorear la situación de estos “sectores sensibles” que también se fabrican en el mercado interno y explican 469 mil puestos de trabajo.
“Aunque se haga monitoreo, las licencias no automáticas son un instrumento mucho más permeable que las DJAI para proteger a la industria local del ingreso de mercadería del exterior con precios más bajos. Por un lado, la licencia no automática tiene un plazo máximo para ser aprobada cuando en la declaración jurada era indefinido. Por otro lado, existe la posibilidad de que los bienes entren mezclados entre posiciones arancelarias que ahora quedaron sin controles”, aseguró un analista de comercio internacional a este diario. Explicó que el nuevo sistema de importaciones generará fuertes tensiones para la estabilidad del mercado laboral y de las pequeñas y medianas empresas. “Grandes firmas de indumentaria, de primera marca, que encargaban a talleres locales la producción de las prendas, por los controles a la importación, ahora preferirán traer la prensa terminada de afuera, porque ni siquiera tendrán que afrontar el costo de cerrar un establecimiento productivo y pagar indemnizaciones. Eso quedará para la pequeña y mediana empresas que estaba terciarizada”, aseguró.
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