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El FMI no se destaca precisamente por acertar sus pronósticos. Una vez más, el organismo debió reconocer ayer su sorpresa, en este caso por la evolución de la economía argentina. “La recuperación es claramente más sólida de lo que se había anticipado”, admitió el portavoz del Fondo, Thomas Dawson, tras lo cual destacó que las metas monetarias y fiscales a las que se comprometió el Gobierno están “cómodamente” dentro de las pautas fijadas.
“Las conversaciones con las autoridades argentinas continúan sobre los planes para fortalecer la capacidad del sector bancario y sobre el proceso de reestructuración de la deuda”, indicó el funcionario desde Washington, en su habitual conferencia de los días jueves. Pero frente a las consultas periodísticas, Dawson rehusó hacer más comentarios respecto de la negociación con los acreedores.
Por su parte, el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, dijo ayer desde Nueva York que la quita sobre los títulos de la deuda en default no puede ser inferior al 75 por ciento por el “carácter privilegiado” que como acreedores tienen el FMI y otros organismos internacionales. “Nosotros no podemos modificar por nuestra cuenta ese pilar clave de la arquitectura financiera internacional actual”, sentenció Nielsen.