El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, aseguró ayer que la crisis en Brasil “es una buena oportunidad para refundar el Mercosur”. Desde la visión del titular del Palacio de Hacienda, el desplazamiento de la presidenta Dilma Rousseff fortalecerá al bloque regional. El funcionario del gobierno de Mauricio Macri explicó que el escenario actual facilitará un acuerdo de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea. “Si logramos ese acuerdo va a tener sentido discutir un acuerdo entre Mercosur y Alianza del Pacífico”, consideró al referirse al interés oficial por acercarse a ese bloque compuesto por Chile, Colombia, Perú y México. “Somos respetuosos del proceso institucional y, desde el punto de vista económico, quizás Brasil entienda que su integración al mundo no puede ser de manera individual”, celebró el funcionario.

La suspensión de la mandataria brasileña y el inicio del juicio político coincidieron con el intercambio de ofertas arancelarias entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur para negociar un acuerdo de libre comercio. El diálogo entre los bloques se reactivó a fines del año pasado cuando Mauricio Macri asumió la presidencia. Si bien no se conocieron los términos de las últimas propuestas, las primeras versiones contemplaban liberalizar cerca del 90 por ciento del comercio interbloque mediante la disminución de las distintas barreras arancelarias existentes a lo largo de diez años.

“Hay que aprovechar esta oportunidad para intercambiar ofertas entre Mercosur y la Unión Europea. Si logramos ese acuerdo va a tener sentido discutir un acuerdo entre Mercosur y Alianza del Pacífico”, expresó Prat-Gay durante su intervención en el Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), donde también anunció el lanzamiento de un nuevo blanqueo de capitales. La integración a ese último bloque de países es un anhelo del Gobierno.

La liberalización comercial de Argentina con los miembros de la Alianza del Pacífico ya es muy elevada. A excepción del caso mexicano, las posiciones comerciales sin aranceles con Chile, Perú y Colombia oscilan entre el 90 y 100 por ciento. Por eso, las reiteradas expresiones de funcionarios argentinos sobre el acercamiento con el bloque representan una definición política antes que una propuesta de política económica. Todos los países miembros firmaron acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y, salvo los colombianos, participan del Acuerdo Transpacífico.

“No sólo la recesión brasileña afecta la macroeconomía pero también las economías regionales e industrias como la automotriz. Es responsable en gran medida de que la Argentina aún no esté mostrando señales de crecimiento”, aseguró Prat-Gay. La incorporación de Brasil a las explicaciones sobre el escenario recesivo no desplazó al relato sobre la herencia recibida o, en términos del funcionario, “la mala praxis del Gobierno anterior”.

“Dejando de chorear, dejando de regalarle al que no lo necesita y poniendo la economía en marcha, vamos a bajar el déficit fiscal”, manifestó Prat-Gay. Obsesionado con la reducción del déficit fiscal el funcionario consideró que la causa del resultado negativo no era la política contracíclica “sino el derroche de gastos, no nos olvidemos que el gobierno anterior se pasó muchos años destruyendo la capacidad productiva”.

“En estos meses trabajamos profundamente en tres ejes: ordenar el desorden, restablecer la confianza y acompañar a los sectores más vulnerables”, explicó el funcionario al referirse al acuerdo con los fondos buitre, el incremento en las tasas de interés, la megadevaluación, la liberalización del comercio exterior, la minimización de las retenciones y el ajuste fiscal. Desde la perspectiva de Prat-Gay esas medidas fueron “el precalentamiento antes de arrancar”.