Luego de la polémica que generaron las declaraciones del ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, sobre la supuesta imposibilidad del Estado para intervenir y asegurar la provisión de manteca, el Gobierno salió a decir que espera que la semana que viene se normalice el abastecimiento de este producto. Se calcula que los faltantes se generan por la caída de entre un 15 y un 20 por ciento en la producción en conjunto con un incremento de demanda por las bajas temperaturas. Tamberos realizarán hoy una jornada de protesta por su crítica situación económica.

El faltante de manteca en las góndolas visibilizó los problemas del sector lácteo, que se encuentra en una situación complicada a raíz de varios factores que actúan al mismo tiempo: por un lado, las inundaciones en las zonas tamberas redujeron la producción, mientras que el precio internacional de la leche en polvo está en los niveles más bajos de los últimos años. Por ambas vías cayó la rentabilidad para los productores. En particular, el desplome de los precios globales volvió inviable la exportación. El proceso de fabricación de la leche en polvo (principal producto de exportación del sector) genera como derivado la manteca, de ahí que se haya reducido también la producción de este lácteo.

Pero los fenómenos coyunturales (el clima y los precios) se montan sobre una estructura de mercado desequilibrada: miles de productores canalizan sus ventas hacia un puñado de empresas. En particular, La Serenísima, Sancor, Danone e Ilolay dominan casi todo el mercado. Un paso más adelante en la cadena están los supermercados, que también tienen incidencia en la formación de los precios al consumidor.

“El consumidor paga precio europeo y nosotros estamos quebrados. Alguien se está quedando con la crema del negocio”, dijo ayer el secretario de la mesa provincial de productores lecheros de Santa Fe,

Fernando Córdoba. “Hace falta una decisión política para solucionar la crisis de la lechería. Ni el gobierno anterior, ni este gobierno quieren poner en caja esta situación. Nosotros cobramos 4,20 por litro y el costo de producción es de 5,30 pesos. Esto es inviable; no lo vamos a poder sostener mucho tiempo. En los últimos meses cerraron 120 tambos en Santa Fe, mientras que muchos productores mandaron una gran cantidad de vacas al frigorífico para cubrir deudas”, detalló.

El tema ganó lugar en medios por los faltantes de manteca, que anteayer el ministro Buryaile calificó de una “decisión empresarial de hacer más queso porque les permite tener un mayor margen de rentabilidad” y se lamentó de que “el Estado no puede intervenir”.

El subsecretario de Lechería, Alejandro Sammartino, dijo ayer que “a partir de marzo, la producción está subiendo estacionalmente entre 5 y 7 por ciento mensual, y entendemos que la próxima semana se va a retornar a un abastecimiento normal de manteca”. En relación a las posibilidades de intervención del Estado, dijo que “se trabaja con todos los mecanismos legales, lo cierto es que no existe una intervención directa en términos de obligar a una industria a cambiar el destino de su producción, lo que sí existe es un monitoreo de stocks y destinos y estamos trabajando en una mesa técnica para que no se produzcan este tipo de cosas”. También explicó que “hubo menor abastecimiento por la caída dramática de la producción en las provincias de Santa Fe y Córdoba consecuencia de las inundaciones, además estacionalmente la producción de leche baja en abril y mayo y subió el consumo”. El titular de la entidad Consumidores Libres, Héctor Polino, consideró que “el Gobierno tendría que actuar, no puede dejar funcionar libremente al mercado cuando hay una concentración en tan pocas empresas”.