Los aumentos en los bienes de consumo masivo no ceden. El índice de precios de supermercados elaborado por el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) arrojó una suba del 1 por ciento en julio para el nivel general, que ascendió hasta 3,5 por ciento para la canasta básica alimentaria. El indicador considerado para determinar el nivel de ingresos necesario para superar la línea de indigencia acumula un salto interanual del 46,5 por ciento. El dato ofrece una aproximación al impacto de la inflación generada desde que asumió Mauricio Macri sobre la capacidad de compra de los sectores más vulnerables, una lógica que va en contra de la promesa del gobierno de lograr la “pobreza cero”. Aceites, manzana, sal fina y lentejas anotaron las alzas más destacadas el mes pasado mientras que la única caída entre los productos que componen la canasta básica alimentaria fue el de las papas.

Por su parte, el relevamiento realizado por Consumidores Libres en supermercados y negocios minoristas de la ciudad de Buenos Aires arrojó un aumento del 2,39 por ciento durante el mes de julio. El seguimiento de precios efectuado por la entidad que encabeza Héctor Polino acumula un alza del 25,77 por ciento desde comienzos de enero. Con saltos entre 50 y 97 por ciento, la botella de aceite Cocinero, el atado de acelga, la polenta, el café La Morenita, el tomate perita y el detergente Ala son los productos que más subieron en los primeros siete meses del año. El indicador con 38 productos que difunde todos los meses Consumidores Libres se construye a partir de los valores observados en los supermercados Coto y Plaza Vea así como en centros de abastecimiento de los barrios porteños de La Boca, Caballito, Liniers y Pompeya.