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Las repercusiones en Bolivia por la venta de gas a la Argentina no terminaron con la crisis de gabinete que se llevó, entre otros, al ministro de Hidrocarburos del país del Altiplano, Antonio Araníbar. La presión de la oposición de izquierda obligó al gobierno de Carlos Mesa –sucesor de Gonzalo Sánchez de Lozada– a convocar a referéndum por decreto, para el 18 de julio, para definir el destino que Bolivia le dará al gas. El dirigente social matancero Luis D’Elía, de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV), tomó contacto con representantes de la fuerza política a la que pertenece Evo Morales, el MAS, para interceder en favor del abastecimiento del gas a la Argentina.
Las exportaciones de gas resultaron el detonante de la caída de Sánchez de Lozada en octubre pasado. Ayer el gobierno debió reemplazar al titular de Hidrocarburos ante denuncias de la oposición sobre su vinculación con la empresa Enron, a la que habría favorecido con la cesión de participaciones en ex empresas estatales en una anterior gestión. En medio de un clima caldeado, Carlos Mesa anunció además que abrirá un debate público sobre una nueva ley de hidrocarburos. El nuevo ministro del área energética, Xavier Nogales, sostuvo en tanto que era una decisión del gobierno impulsar la construcción de un gasoducto al Pacífico a través de Perú en lugar de hacerlo por Chile, país con el que Bolivia mantiene una larga controversia desde la pérdida de su salida al mar.
El conflicto interno amenazaba bloquear las exportaciones de gas a la Argentina, por lo cual desde Buenos Aires se envió una gestión diplomática a través del embajador Eduardo Sgüiglia –quien cumple funciones en la intervención federal en Santiago del Estero–, a la que se agregó la gestión oficiosa de D’Elía. El referente piquetero se reunió el martes con el dirigente socialista Osvaldo Peredo en Ezeiza, aprovechando la escala de éste en un viaje a Europa. Entre ambas intervenciones, se logró que el MAS viabilizara las exportaciones de gas a Argentina pero comprometiendo al gobierno boliviano a abrir el juego en la discusión de la ley de hidrocarburos.
Mesa anunció en la misma noche del martes que autorizará la venta de 4 millones de metros cúbicos diarios a la Argentina “por seis meses, prorrogables, pero con la condición de que ni una sola molécula sea revendida a Chile”.