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Dividida, paralizada y distanciada del Gobierno, la Unión Industrial Argentina irá hoy a elecciones. Un total de 220 concejeros votarán para renovar la mitad de la Junta Directiva de la entidad. Se presentarán dos listas, que son las mismas que compitieron el año pasado. De acuerdo con fuentes de ambos sectores, la victoria sería para el oficialismo, que obtendría entre 60 y 65 puntos, contra 40 o 35 de la oposición. La imposibilidad de los industriales de resolver su intrincada interna obligó a la realización de los comicios. Una de las novedades más destacadas es el regreso de José De Mendiguren, quien se postula como vocal suplente, pero que ya tiene asegurado su ingreso a la Junta Directiva en reemplazo de otro dirigente que renunciará.
El ex presidente de la UIA y ex ministro de la Producción de Eduardo Duhalde es una de las principales figuras de la oposición, que lidera el Grupo Techint. En ese sector también participa el presidente de otra gran empresa: Luis Pagani, de Arcor. Es decir que allí conviven dirigentes con una visión ortodoxa de la economía y otros desarrollistas. Algo parecido ocurre con el oficialismo, adonde Alberto Alvarez Gaiani y Cristiano Rattazzi (de Fiat), ambos con discursos marcadamente conservadores, aparecen asociados al desarrollista Héctor Massuh.
Las diferencias internas en la UIA se remontan a más de un año. Las permanentes peleas paralizaron a la entidad, que ha perdido peso político en momentos en que más podría tenerlo. Dirigentes de ambos bandos admiten estar desaprovechando una oportunidad única para instalar a la UIA como la entidad líder del arco empresario, debido a la orientación económica del Gobierno. Pero unos y otros se acusan mutuamente de ser responsables de la crisis interna.
A pesar de que el oficialismo revalidaría su poder, se encuentra en una posición incómoda en su relación con el Gobierno. La UIA propuso hace un mes la creación de un comité de crisis para buscar soluciones a la crisis energética. Desde la cartera de Julio De Vido les respondieron que “comité no hacemos porque no somos radicales y de crisis no hablamos porque no hay crisis”. Varios dirigentes industriales se quejaron porque “De Vido niega la realidad”, lo que le valió a Alvarez Gaiani un problema adicional, ya que hay enojados en su propia tropa y también se resintió su relación con el ministro de Planificación, quien era su mejor contacto en el Gobierno.
Más allá de esta elección, en la UIA ya se empieza a pensar qué ocurrirá el año que viene, cuando se elija una nueva conducción. Algunos dirigentes dicen que propiciarán un acuerdo para armar una lista de unidad, misión que hasta el momento ha sido imposible. Uno de los nombres que suena para reemplazar a Alvarez Gaiani, en caso de que haya unidad, es Juan Forn, de Molinos. También se barajan las opciones de Diego Videla y Juan Carlos Lascurain, dos ex secretarios de la central fabril. Pero todavía es demasiado pronto para saber si habrá unidad o no. En este momento, en cambio, parece improbable que las divisiones se profundicen al punto de que la oposición se vaya de la UIA y forme una nueva entidad. Techint se resiste a esa idea.