ECONOMíA › OSCAR LAMBERTO, SECRETARIO DE HACIENDA, APUNTA A LAS PROVINCIAS
“Deben bajar empleados públicos”
En un reportaje con Página/12, el actual secretario de Hacienda, vinculado al gobernador Carlos Reutemann y que la semana próxima deja el cargo, señaló por dónde tiene que pasar el ajuste provincial.
Por Roberto Navarro
A pocos días de abandonar el gobierno de Eduardo Duhalde, el secretario de Hacienda, Oscar Lamberto, señaló a Página/12 que las provincias deben despedir empleados para reducir sus gastos. En sintonía con el discurso de los funcionarios del FMI, incluso utilizando su mismo lenguaje, el funcionario advirtió que “la única manera de que las provincias realicen un ajuste sustentable es reduciendo la cantidad de gastos, incluyendo la cantidad de empleados”. Un día después de que el enviado del Fondo, Anoop Singh, señalara que, sin el acuerdo con el FMI, el futuro de los argentinos “será penoso”, Lamberto lanzó una advertencia de igual tenor: “Si no arreglamos con el FMI, el ajuste que vendrá será peor”. El funcionario adelantó que la semana próxima el Estado comenzará a pagar el tramo local de la deuda pública e indicó que los empleados estatales van a empezar a cobrar parte de sus salarios en Lecop.
–¿Es posible rescatar los bonos provinciales como pide el FMI?
–Lo primero que hay que lograr es que no se sigan emitiendo más. Cortar el déficit ya mismo. Luego vendrá el rescate de los bonos que están en el mercado. Si se pudiera conseguir un préstamo internacional para rescatarlos sería más fácil, pero hasta ahora esa solución no está. Si no se consiguen fondos, las provincias van a tener que generar superávit fiscal para recomprarlos.
–Si todavía están emitiendo para cubrir déficit, ¿cómo van a conseguir superávit?
–Pero no pueden emitir más. Ya hay algunas provincias en las que los bonos cotizan al 30 por ciento de su valor. Va a llegar un momento en que no valdrán nada. Tienen que hacer un ajuste que les permita equilibrar las cuentas.
–La inflación en pocos meses va a licuar el gasto provincial. ¿No es suficiente con mantener el gasto actual?
–El gasto tiene dos componentes: cantidad y precio. Si dejamos la cantidad fija, el ajuste no será sustentable en el tiempo. Alguna vez va a volver a subir. Hay que reducir la cantidad.
–La mayor parte del gasto provincial es salario, que no va a subir.
–En algún momento va a haber aumento de salarios; no van a estar toda la vida congelados. Si se mantiene la cantidad de empleados, tarde o temprano sube el gasto. El FMI pide que el presupuesto sea sustentable en el tiempo, y es razonable.
–Entonces van a echar empleados públicos las provincias.
–Eso lo decidirá cada una. Lo que yo digo es que se necesitan presupuestos sustentables y la única manera es bajar la cantidad de gasto, no el precio. Dentro de esa cantidad están los empleados.
–De esa manera, hasta que se dé el aumento de salarios, las provincias van a reducir cantidad y precio. Un doble ajuste.
–Eso se daría en el caso de que no aumentaran los egresos y subiera la recaudación por la incidencia de la inflación. Pero no todos los impuestos se ven impactados por la inflación. En las provincias, las patentes y el impuesto inmobiliario no van a subir. Sólo va a incrementarse lo que entre por ingresos brutos. Y, además, está el problema de la baja de la recaudación por caída de consumo. Hay muchos componentes para evaluar la evolución de lo que se recauda. Hay impuestos cuya recaudación cayó más que el Producto, porque la gente se resiste a pagar. Además, a nivel nacional, se perdió mucho por caída de importaciones. Tenemos montado el sistema tributario sobre el consumo, que está muy deprimido. Si vamos a tener un país con un fuerte sesgo exportador, hay que hacer una reforma tributaria adaptada a esta nueva realidad.
–¿Qué probabilidades le asigna a que finalmente se acuerde con el Fondo?
–Depende de nosotros. Sin el acuerdo va a hacer falta un ajuste mucho más grande. Necesitamos renovar los préstamos y restablecer la relación con el mundo. No nos creen. Se hicieron muchas cosas que crearon inseguridad. Nos hicimos mala fama. Se generó una situación de inseguridad jurídica. Los inversores, principalmente los acreedores, piensan que el país se volvió inseguro por los constantes cambios e incumplimientos.
–Ustedes acaban de pesificar y bajar la tasa de la deuda pública que está en manos de tenedores locales, de manera unilateral. ¿No es esta una actitud similar a las que hace referencia?
–Lo más importante es plantear cosas que se puedan cumplir. Si prometemos pagar un 17 por ciento no nos van a creer. Ahora estamos en default y tenemos que plantear escenarios cumplibles. En pesos y a estas tasas el repago de la deuda es posible.
–¿Cuándo comienzan a pagar el tramo local de la deuda?
–Este mes vamos a pagar 100 millones de pesos. Es un primer paso para volver a mostrar que el país cumple sus compromisos.
–¿Se va a poder cumplir el programa monetario que prevé emitir sólo 3500 millones de pesos en el año?
–No queda otra. Cuando lleguemos a esa cifra, no emitimos más. Espero que en el segundo semestre aumenten los ingresos por una mayor actividad, por las retenciones a las exportaciones y por la inflación. Estamos perdiendo recaudación en pesos porque cada vez pagan más con Lecop.
–¿Van a pagar salarios con Lecop?
–Vamos a tener que usarlos. Tenemos un stock importante. Hasta ahora los venimos utilizando para pagar a proveedores, pero habrá que empezar a pagar una parte de los salarios en bonos.
–¿Cuándo se va a reactivar la economía?
–Hay sectores en los que ya se nota un despegue. Todo lo que tiene que ver con el campo anda bien. La industria frigorífica tomó a 12 mil trabajadores gracias al repunte de la exportación de carne. Pero además hay otros sectores. El otro día encontré un señor que hace recapado de cubiertas que me contó que tiene un trabajo bárbaro.
–Pero eso es un síntoma de pobreza. Como la gente no puede comprar cubiertas nuevas, las recapa.
–Está bien, pero la gente necesita trabajar. Y empiezan a aparecer actividades que generan empleo.