ECONOMíA › CRECIMIENTO AÑO CONTRA AÑO PERO CAIDA RESPECTO DEL MES ANTERIOR
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Los datos de julio y del primer semestre revelan que la economía muestra variaciones positivas en la comparación interanual (la foto) y levemente negativas en relación con el mes pasado (la película), o sea la tendencia a futuro. Lavagna aseguró que se retomará el crecimiento.
Por Claudio Scaletta
La evolución de la actividad económica y, dentro de ella, de la industria registraron en los últimos meses un leve freno. Conservan, no obstante, fuertes crecimientos interanuales. En julio el Estimador Mensual Industrial mostró una caída del 0,2 por ciento, pero una suba interanual del 10 por ciento. En tanto, la actividad económica de junio tuvo un crecimiento mensual del 0,4 por ciento e interanual del 7,4 por ciento, informó el Indec. La tendencia indica que en el último trimestre la evolución de la economía se estacionó un nivel más abajo que en el año anterior. Aunque la economía conserva un crecimiento importante, el fenómeno de “salida de pozo” sobre la base de la reutilización de capacidad instalada ociosa parece haber llegado a su fin en casi todos los sectores industriales. En el Gobierno confían que la inversión, que este año podría llegar al 18 por ciento del PIB, garantizaría la continuidad del crecimiento, aunque a niveles más bajos.
Un estrecho colaborador del ministro Roberto Lavagna fue taxativo. “Nadie podía creer que la economía seguiría creciendo a los niveles de 2003. Ninguna economía crece tanto, ni siquiera China”, argumentó el funcionario a Página/12. Los nuevos números, con subas interanuales de la actividad de más del 7 por ciento y conservando los dos dígitos en la industria serían, desde esta perspectiva, “más normales”.
Los posibles cuellos de botella del crecimiento, como la dependencia industrial de bienes intermedios y de capital importados o el estancamiento relativo de la demanda de amplios sectores en el mercado interno serían subsanados, según Economía, por el crecimiento de la inversión. El 18 por ciento del PIB esperado para este año en los despachos del Palacio de Hacienda permitiría superar las limitaciones que, en algunos sectores, muestra la utilización de la capacidad productiva existente. Los datos también difundidos ayer por el Indec registraron que el uso de la capacidad instalada en la industria llegó al 71,7 por ciento en julio, lo que mantiene la tendencia creciente.
En las industrias capital intensivas, como las metálicas básicas, sustancias y productos químicos y refinación de petróleo, el promedio oscila entre el 80 y el 90 por ciento de utilización. Sin embargo, en esos sectores no se trata más que de la continuidad de un valor histórico que se mantuvo alto incluso durante lo peor de la crisis. La diferencia más significativa se produjo en los sectores mano de obra intensivos, precisamente los más beneficiados por el modelo de dólar alto, cuyo ejemplo más notable sigue siendo el textil, sectores que registraron una expansión explosiva a partir del segundo semestre de 2002, pero que ahora encuentran algún freno. Los textiles, por ejemplo, sólo crecieron el 0,6 por ciento.
Un dato notable de los indicadores industriales de julio, que en promedio arrojaron estancamiento, es que crecieron prácticamente todos los sectores, con subas notables en muchos rubros, como el alimenticio (11,2 por ciento), productos químicos (6,4) y caucho y plásticos (7,6). La única excepción fueron los rubros Automotor, que cayó 5,2 por ciento en el mes, y Metalmecánica (excluida la industria automotriz), que cayó el 2,6 por ciento. El comportamiento de ambos sectores, que terminaron sesgando hacia abajo el EMI, se explica por razones diferenciadas. En la metalmecánica la clave fue la incapacidad para competir con Brasil, lo que los empresarios involucrados suelen llamar “invasión de productos brasileños”, la misma traba que frenó la expansión textil. En la industria automotriz, en cambio, la razón es más estructural. El primer factor es su alta integración internacional. Por un lado cayeron las exportaciones a Brasil y México. Debe recordarse que de la producción local sólo el 40 por ciento se destina al mercado interno. Por otro, el 70 por ciento de la demanda doméstica, que muestra una lenta pero constante expansión merced a las bajas en los precios de los vehículos y a los planes de financiación de las propias terminales, fue cubierta por modelos fabricados en Brasil.En cuanto a la tendencia general, los fenómenos que seguirán influyendo en la actividad industrial en los próximos meses serán los ya conocidos, como el adelanto de stocks del primer trimestre y la conflictiva interacción con Brasil. No obstante, de acuerdo con el análisis de funcionarios de Economía, escollos como los límites en el uso de la capacidad instalada están lejos de ser tales. Las esfuerzos de difusión del Gobierno se concentraron en difundir el contrapeso del aumento de la inversión. Así, los datos de capacidad instalada de julio contaron con el agregado de un nuevo anexo en el que se detallaron los procesos de inversión en marcha en los sectores más comprometidos. Entre ellos: una planta productora de denim (la tela utilizada en la confección de jeans), expansiones en la industria aceitera que madurarán el año próximo, específicamente para la molienda sojera. También en el sector papelero, con algunas plantas de impresión y de envases flexibles demandados por la industria alimentaria.
El propio Roberto Lavagna salió a respaldar la estrategia. “El aumento interanual del 10 por ciento de la industria durante julio, y del 8,4 por ciento de la actividad económica en su conjunto durante el primer semestre demuestran que la crisis energética ha sido superada”, dijo el ministro. “No cabe duda de que durante el trimestre en curso la actividad económica y la inversión serán superiores” al período abril-junio. De paso, Lavagna desestimó las especulaciones sobre la mala influencia de la falta de acuerdo con el FMI en el crecimiento de las inversiones. “En años anteriores, cuando la situación era, si se quiere decir, más problemática, la inversión creció desde un 10 por ciento del PIB, en abril del 2002, al 18 por ciento de la actualidad”, insistió.