EL PAíS › EL PRESIDENTE NESTOR KIRCHNER ESTUVO EN CATAMARCA
La seguridad en todas partes
Repartió subsidios para obras públicas, pero en su discurso señaló que “trabajar por la vida es devolver la posibilidad de tener seguridad”.
Por Martín Piqué
Néstor Kirchner viajó ayer a Catamarca para llevar un combo de obras públicas, Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y subsidios por más de 100 millones de pesos. Mientras una multitud lo vivaba en el polideportivo de esta ciudad, un grupo de piqueteros del Polo Obrero protestaba en la gobernación en reclamo de aumentos salariales y de planes sociales. En el anuncio de las obras, Kir- chner dedicó una parte de su discurso a defenderse de las críticas por la inseguridad. “Trabajar por la vida es devolver la posibilidad de tener un futuro, de que aquellos padres sepan que sus hijos sí tienen que tener seguridad y trabajo, día tras día, con mucha fuerza, sin sensacionalismo mediático. Pero también trabajar por la vida es buscar la igualdad, la justicia social”, dijo el Presidente.
Las palabras de Kirchner parecieron una respuesta a Susana Garnil, la madre de Nicolás, que había escrito una carta donde cuestionaba la creación del Museo de la Memoria y llegaba a ironizar con una iniciativa similar para las víctimas de secuestros. Sin embargo, cerca del Presidente se despegaron de esa interpretación: dijeron que, en todo caso, la frase que Kirchner había dedicado a ese tema era una invocación a su fe religiosa. “Ante aquellos que agreden y descalifican voy a seguir mis principios cristianos: siempre pondré la otra mejilla”, dijo en un momento del acto.
Kirchner llegó a Catamarca con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Planificación, Julio De Vido, entre otros funcionarios. Un día antes habían viajado el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el asesor José “Pepe” Salvini, con la tarea de descomprimir el clima de protesta y evitar manifestaciones que pudieran afectar la visita presidencial (ver nota aparte). En el aeropuerto lo recibieron el gobernador Eduardo Brizuela del Moral, del Frente Cívico y Social, y su vice Hernán Colombo, un kirchnerista que integra la coalición que gobierna la provincia. En cambio, no había muchos representantes del PJ –salvo algunos intendentes vinculados con Ramón Saadi–, pero no se veía a nadie de lo que en Catamarca llaman “barrionuevismo”.
La llegada de Kirchner fue minuciosamente preparada en la provincia. El gobernador declaró asueto para facilitar la movilización y asegurar una concurrencia masiva. Además, los dos funcionarios “adelantados” que habían llegado 24 horas antes mediaron entre Brizuela del Moral y los piqueteros del Polo Obrero para evitar protestas altisonantes. También se encargaron de decorar las paredes de la ciudad con la leyenda “Kirchner cumple, Corriente Peronista Federal (CPF)”. La tarea estuvo a cargo de Salvini, cuya función en la Rosada es justamente ampliar la base política del Presidente en las distintas provincias. Salvini es, también, el principal representante de la CPF a nivel nacional.
Como en los mejores tiempos, una de las primeras cosas que hizo el Presidente fue interrumpir el paso de la caravana por la Ruta Nacional 33 –que va desde el aeropuerto Felipe Varela hasta la ciudad– para saludar a los obreros de la fábrica Alpargatas. “Gracias por ayudarnos”, habían escrito los operarios en una bandera improvisada. Kirchner recorrió la planta entre máquinas de hilado, teñido y tejedoras para hacer jeans. “Me alegra mucho ver a Alpargatas funcionando. Hay que cuidarla porque es una marca muy argentina”, dijo Alberto Fernández a los trabajadores que se habían acercado a saludar. En los últimos años, parte de las acciones de Alpargatas pasaron a manos de fondos de inversión internacionales, como el norteamericano Newbridge en 1997. También se asoció a empresas extranjeras, como el grupo alemán Dirk Logistics.
Cuando llegó al polideportivo, Kirchner recibió una calurosa bienvenida de una multitud heterogénea compuesta por simpatizantes del Frente Cívico, funcionarios provinciales, intendentes, militantes del PJ y piqueteros de Barrios de Pie que cantaban consignas contra el FMI. “La Argentina quiere cumplir y honrar sus compromisos internacionales, pero con sustentabilidad interna”, dijo entonces Kirchner sin mencionar en forma explícita al Fondo ni tampoco a Rodrigo de Rato, próximo –¿y amenazante?– visitante del país.