SOCIEDAD › LAS FUERZAS FEDERALES HARAN INTELIGENCIA CRIMINAL EN EL GBA
Una task force contra los secuestros
Kirchner convocó a los jefes de las fuerzas de seguridad y les ordenó actuar con todo el potencial en el conurbano bonaerense.
Por Raúl Kollmann
“La seguridad nos ocupa y nos preocupa, y por eso quiero darles personalmente instrucciones sobre cómo deben actuar, desde ahora, las fuerzas de seguridad federales en el conurbano bonaerense”, les dijo ayer en la Casa Rosada el presidente Néstor Kirchner a los jefes de la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura. La orden fue volcarse con todo el potencial, trabajar al máximo, lo que incluirá operaciones concretas y tareas de inteligencia criminal, aunque siempre en combinación y en base a estrategias y acciones que surjan del Ministerio de Seguridad bonaerense, es decir de acuerdo con lo que se diseñe en conjunto con León Arslanian.
El Presidente quiso así realizar un gesto fuerte en el terreno de la seguridad, algo que había conversado el día anterior en una reunión con el gobernador Felipe Solá. Hasta ahora, las fuerzas federales sólo estaban en puestos fijos –retenes en la General Paz y a la entrada de algunos barrios–, pero ahora directamente participarán de operaciones y, si lo pide el fiscal o juez a cargo, en algunas investigaciones y trabajos de Inteligencia sobre las bandas más pesadas que actúan en el conurbano.
El encuentro de la Casa de Gobierno estuvo encabezado por Kirchner, acompañado por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el secretario de Seguridad, Alberto Iribarne. Del otro lado de la mesa se sentaron el jefe de la Federal, Néstor Valleca, el de la Gendarmería, Eduardo González, y el de la Prefectura, Carlos Fernández. El Presidente no se refirió a ninguno de los últimos secuestros, pero la intención fue mostrar preocupación por la cuestión de seguridad y por las críticas que, según la mayoría de las encuestas, existen en esa materia.
Por la tarde, parte de los protagonistas realizaron otro encuentro, orientado a tomar medidas concretas. De esa segunda reunión participaron Iribarne, Arslanian, el coordinador de la bonaerense, comisario Héctor Iglesias, dos de los responsables policiales de la provincia en materia de análisis del delito e inteligencia, los subsecretarios de Seguridad y los jefes de la Federal, Gendarmería y Prefectura.
La instrucción presidencial consiste en que las fuerzas federales ya no sólo ocupen puestos fijos, sino que participen de determinadas operaciones y que “aporten datos a la tarea de inteligencia criminal, en especial en lo que se refiere a las grandes bandas, y no sólo en los casos de secuestros, sino también en los que tengan que ver con piratería del asfalto”, según reveló uno de los participantes de la reunión. También hubo algún tramo de la conversación en que se reafirmó la postura de que ante las protestas piqueteras, gremiales o barriales, la estrategia debe seguir siendo saturar de efectivos la calle, evitando roces.
En realidad, la cuestión de los secuestros, que es la que está provocando mayor impacto en la gente, plantea distintos problemas según se trate de bandas de cierta envergadura que protagonizan secuestros extorsivos largos y complejos, como en los casos Garnil o Ramaro, o secuestros express, que se han vuelto numerosos –la mayoría no se denuncian– porque son hoy en día casi una modalidad alternativa al robo a mano armada.
- Según coinciden los especialistas, en el caso de los secuestros express el acento debe estar puesto en la prevención, o sea en los patrullajes y en la saturación de efectivos en las zonas conflictivas. Pero, además, al tratarse de un delito muy equiparado al robo, en el que se buscan pequeños montos de dinero, se considera que en el mediano plazo la clave está en mejorar las condiciones de vida en los barrios carenciados: “El secuestro express no se solucionará sólo con una multitud de policías –dicen quienes están trabajando en el área de seguridad–, sino también arreglando las calles de los barrios, poniendo a funcionar el dispensario y la escuela, cambiando las luces y trabajando en las cuestiones sociales”.
El papel de las fuerzas federales será ayudar a patrullar pero también, en algunas operaciones que se realicen, a atrapar a algunas bandas que, por ejemplo, secuestran en forma express hasta cinco personas en un mismo día. Esas bandas se refugian en barrios y la idea es que la bonaerense, junto con las fuerzas federales, participen en operaciones contra esas bandas.
- Distinta es la situación con las bandas de mayor envergadura, integradas por matones que incluso trabajan para narcos y que a menudo tienen conexiones con ex o actuales hombres de uniforme, que realizan los secuestros extorsivos que producen mayor conmoción. Allí la clave está en los trabajos de inteligencia criminal y, sobre todo, en la parte investigativa. Los funcionarios de seguridad bonaerense consideran que no son muchas las bandas de ese tipo –hablan de cinco o seis–, pero lo concreto es que hasta ahora les ha resultado difícil frenar ese fenómeno y de hecho se produce un caso resonante prácticamente cada mes.