ECONOMíA › EL CONSEJO DEL SALARIO PASO LA DISCUSION DEL MINIMO PARA LA SEMANA PROXIMA
Tras verse las caras, pasaron a comisión
Tal cual definió Moyano, “como todavía no se habló de valores hay buena predisposición”. Cuando se vuelvan a juntar, la mesa chica de la Comisión del Salario discutirá sobre una “hipótesis” de llevar el mínimo a 400. La aspiración oficial es que se apruebe un día después. Los empresarios, por ahora, no muestran el juego.
La primera reunión del reflotado Consejo del Salario no fijó, como se esperaba, un nuevo nivel para los haberes mínimos. La decisión fue postergada para el próximo miércoles, cuando se reunirá la Comisión del Salario, creada ayer. Un día después, en la segunda sesión plenaria del Consejo, la propuesta sería aprobada. Los sectores sindicales confían en que los nuevos niveles salariales podrían hacerse efectivos ya en el mes de septiembre. Aunque el propio Ministerio de Trabajo reconoció en una presentación a puertas cerradas la existencia de un retraso salarial del 43 por ciento, las partes dijeron que el Consejo evitó hablar del valor del nuevo mínimo. Sin embargo, existió una hipótesis propuesta por la cartera laboral de 400 pesos de mínimo. Los representantes empresarios y los de la CGT abogaron por alcanzar un valor “posible”. En esta lógica, lo imposible sería la propuesta de la CTA, que parte de un mínimo de 720 pesos, el valor de una canasta básica para una familia tipo, precisamente la que sirve para determinar la línea de pobreza.
Sintetizando el contenido de la reunión inaugural del Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, sostuvo que el encuentro sirvió para que las partes expongan sus puntos de vista. En los discursos previos, el ministro había advertido que “el Consejo será lo que los representantes sindicales y empresarios sean capaces de construir; los que piensan que esto es sólo para la foto, serán responsables”.
En concreto, el primer paso del Consejo será discutir el nuevo valor del salario mínimo, el que debería establecerse el jueves próximo. No obstante, además de la del Salario, comenzarán a funcionar otras tres comisiones: las de Capacitación y Productividad, Empleo y Formación Profesional.
Por su parte, el líder cegetista Hugo Moyano sostuvo, siempre en los discursos previos, que en la Argentina existen dos problemas fundamentales; la marginalidad, provocada por el desempleo y los bajos salarios, y la inseguridad. La descripción provocó gestos de conformidad entre los representantes empresarios, en la mayoría de los casos gerentes o integrantes de cámaras de limitada representatividad, pero los gestos devinieron en incomodidad y mueca cuando Moyano agregó que la inseguridad guardaba relación con los salarios que pagaban los empresarios.
A diferencia de los representantes empresarios, tras la reunión las delegaciones de la CGT y de la CTA realizaron, por separado, declaraciones a la prensa.
José Luis Lingeri, del nuevo triunvirato cegetista, presentó la teoría de que tras la fijación del nuevo salario mínimo “ya no podrá haber trabajo en negro”, porque todos estarán atentos “a que ningún trabajador perciba menos del nuevo valor”, agregó. Un razonamiento que despertó sorpresa hasta en los funcionarios oficiales. Moyano, en tanto, sostuvo que “como no se habló todavía de valores”, los empresarios habían mostrado una buena predisposición. “Veremos si el miércoles tienen la misma actitud”, agregó.
Los cegetistas tomaron las declaraciones empresarias respecto a que el nuevo nivel salarial debía estar “entre lo deseable y lo posible” para criticar, aunque no en forma directa, las demandas de la CTA.
Lingeri consideró que el nivel de la canasta básica era un valor técnico adecuado para la discusión, pero que había que compatibilizar “la viabilidad de las posibilidades económicas del Gobierno y de los empresarios”. No se trata de “pedir por pedir para ver quién es más duro”, consideró. “Nosotros podríamos venir con una propuesta irresponsable y pedir un mínimo de 1500 pesos, pero yo me pregunto ¿lo pueden pagar los empresarios?. No”, se contestó, como buen conocedor del pensamiento empresario.
Para Víctor De Gennaro, de la CTA, “se planteó con toda claridad que es imprescindible enfrentar el tema del salario como una de las variables de la distribución del ingreso”. También sostuvo que en la reunión del próximo miércoles se discutirán dos cosas: “La primera es cuál es la forma, el método y el monto de la canasta básica”, pues ésta resulta indispensable como referencia para la determinación del salario mínimo. La segunda es el verdadero nivel del salario mínimo. “Lamentablemente hoy, con la existencia de millones de trabajadores en negro, precarios, con pasantías, desempleados y la realidad de la ilegalidad a la que los somete la mayoría de los empresarios, el salario mínimo es el que cobra un jefe de hogar desocupado, 150 pesos.” A diferencia de la visión presentada por los representantes de la CGT sobre las “posibilidades” empresarias, De Gennaro dijo que es necesario distribuir la riqueza, ya que en la Argentina “sobra plata”.
La Comisión del Salario estará integrada, por la parte sindical, por Armando Cavalieri, Hugo Moyano, Juan Manuel Palacios (CGT) y Hugo Yasky (CTA), y por la parte empresaria Daniel Funes de Rioja, Horacio Martínez, Enrique Wagner y Ovidio Bolo.
En la labor de la representación empresaria se destacó la participación de Daniel Funes de Rioja, consultor de la UIA y Copal, y los banqueros Carlos Heller y Jorge Brito, el supermercadista Ovidio Bolo y el constructor Enrique Wagner. Por el lado sindical sorprendió la ausencia del gastronómico José Luis Barrionuevo, que, según Lingeri “habrá tenido algo que hacer”. También la manifestación de un grupo de mujeres, puertas afuera del ministerio, que reclamaron por “el cupo femenino” en la representación sindical. La única representante del género predesignada, Susana Rueda, no fue de la partida, tal como se había anticipado.