Aun con un mercado muy segmentado y un crecimiento económico basado en mejoras tecnológicas que no siempre van acompañadas de aumento de empleo en la misma proporción, los indicadores laborales siguen dando muestras de una firme recuperación de la salud del mercado de trabajo. Los datos difundidos ayer por el Indec señalan que, tal como había sido anticipado, la desocupación descendió al 10,2 por ciento. Pero también cae la subocupación horaria. Según el Ministerio de Trabajo, “retrocedió la precariedad del empleo y crecieron el trabajo registrado y la calidad laboral”. Carlos Tomada, titular de esa cartera, destacó ayer ante este diario el rasgo que más privilegia en el actual proceso: “Se observa una modificación de la estructura ocupacional en favor de trabajos más formales; no basta con una caída brutal de la tasa de desempleo como la que vemos en estos últimos años, sino que además el empleo que se genera no reproduzca las condiciones de pobreza de los que antes estaban desocupados”.

Con respecto a un año atrás, el tercer trimestre del actual exhibe una tasa de desempleo casi un punto inferior (pasó del 11,1 al 10,2). También la subocupación retrocede (del 13 al 11,1 por ciento de la población activa). Incluso considerando a los beneficiarios de planes sociales para desocupados (Jefas y Jefes de Hogar) como desempleados plenos, aunque cumplan con una contraprestación laboral, los números son mejores que hace un año: bajo esta hipótesis, la tasa de desempleo resulta hoy del 12,1 por ciento, contra 14,1 del tercer trimestre de 2005. Según un informe de la cartera laboral, casi 13 mil beneficiarios de planes pasan por mes al empleo formal, lo cual reduce la brecha entre la medición del desempleo con planes o sin planes.

Junto a esta incorporación al mercado laboral formal de ex beneficiarios de planes, Tomada destacó la fuerte caída de la subocupación horaria por los trabajadores que pasan a tener ocupación plena. “En términos anuales, la ocupación plena creció 5,8 por ciento, mientras que el conjunto de ocupados lo hizo el 2,8. Es decir, que la lenta caída de la desocupación en el último año estuvo acompañada por una mejora en la calidad del empleo”, señaló en diálogo con Página/12. “En el último año vemos una transferencia desde las categorías precarias hacia un mejor empleo. El fenómeno es que este proceso no sólo marca una brutal caída de la tasa de desocupación, casi a la mitad en tres años y medio, sino que además, lo que es más importante, los nuevos empleos no reproducen las condiciones de pobreza para los que antes estaban desempleados.”

Esta progresiva transformación del mercado laboral, señalada por Tomada, se verifica en la reducción de la cantidad de trabajadores por cuenta propia del 5,1 por ciento en el último año, y de los asalariados no registrados (en negro) en el 2,2 por ciento. Comportamientos que son compensados por el notable crecimiento del empleo registrado.

De acuerdo con otro informe elaborado por el Ministerio de Economía, en el último año se han creado 325 mil puestos de trabajo en el conjunto de áreas urbanas. Pero, además, deben computarse la cantidad de beneficiarios de planes que pasaron a tener empleo formal –136 mil personas– y los subocupados que lograron un empleo pleno –316 mil–. La creación de empleos “plenos”, tomando en cuenta estas tres categorías, sumaría 677 mil puestos en un año. Otro factor que la cartera económica apunta a favor es la caída de la tasa de asalariados no registrados, es decir, de trabajadores informales, que el informe atribuye a la reducción de cuentapropistas.

La medición del Indec, cuya muestra abarca solamente las áreas urbanas, revela que sobre una población de aproximadamente 24 millones de habitantes, 11,1 millones constituyen la población económicamente activa (46,3 por ciento), de los cuales casi 10 millones se encontraban ocupados en el tercer trimestre de este año y 1.138.000 desempleados. Los subocupados –incluidos en los 10 millones de ocupados– eran, según este cálculo, 1.229.000.

“Los datos muestran hoy algunos indicadores más que promisorios”, concluyó Tomada. “No sólo estamos cerca de romper el piso de los dos dígitos (que la tasa descienda por debajo del 10 por ciento), sino también que se reduce la brecha entre la tasa general de la medición del Indec y la que considera como desocupados a los beneficiarios de planes sociales: esto ratifica la efectividad de las políticas que, desde el Gobierno, pusimos en marcha y que tienen su centro en el empleo, para lograr que el crecimiento sea con todos”, completó el ministro.