La city tuvo un comienzo de año fabuloso. Por el masivo ingreso de capitales, el Banco Central no logró frenar el descenso del tipo de cambio, a pesar de efectuar otra intervención extraordinaria. En ese contexto, subieron fuerte las acciones y los bonos. La mesa de operaciones del BC adquirió más de 100 millones de dólares pero no pudo evitar la caída de un centavo en la cotización del dólar, a 3,08 pesos en las casas de cambio. En tanto, las acciones avanzaron 2,3 por ciento en promedio y los títulos de la deuda, hasta un 1 por ciento.

La última semana y la primera de cada año suele ser tranquila en los negocios financieros. Las últimas jornadas fueron excepciones a esa costumbre. Ni siquiera el feriado bursátil en Estados Unidos aplacó la euforia de los financistas. Y en el Gobierno creen que existe una pulseada con los inversores, que están apostando a una baja más pronunciada del dólar. Ayer, en el segmento mayorista, la cotización cayó medio centavo, y ya se encuentra en 3,0580 pesos.

Para evitar un derrape, el Central compró las divisas que le ofertaron. Por un lado, los exportadores ayer liquidaron alrededor de 70 millones, y por otro los fondos de inversión internacionales, bancos locales, petroleras y AFJP. Los inversores venden sus divisas para pasarse a los bonos. Los más elegidos son los nominados en pesos, que ajustan con la inflación. Por ese motivo, los financistas adquieren esos papeles y se juegan a una apreciación del peso frente al billete verde, de modo de maximizar su rentabilidad en términos de dólares. El volumen de operaciones con dólares fue ayer de 317 millones, un valor considerado normal para las épocas más activas pero no así para un comienzo de año. En este marco, las reservas del Central crecieron en 115 millones de dólares respecto del último viernes y alcanzaron a 32.140 millones.

En el microcentro porteño no descartan que, de continuar la tendencia, el Central endurezca los controles cambiarios. Desde los despachos oficiales admiten que la situación “se evalúa en forma permanente”. No obstante, los funcionarios señalan que “no hay nada inminente” ya que se detectó que una parte de la oferta de divisas es genuina: la emisión de un bono dolarizado por parte del Macro Bansud o el lanzamiento de un fideicomiso para ampliar un gasoducto. De todas formas, en el Gobierno aceptan que existe un comportamiento en manada por parte de inversores extranjeros y locales que no quieren quedarse afuera de la fiesta bursátil doméstica. “Vamos a poner el pecho para evitar el deslizamiento del tipo de cambio”, sostuvo el funcionario consultado.

Ayer el índice MerVal quebró otro record, subió 2,3 por ciento y alcanzó los 2139 puntos. Las miradas de los operadores apuntan a si las acciones lograrán llegar al nivel máximo en dólares, logrado durante la convertibilidad. El 1º de julio de 1992, el MerVal alcanzó a 900 puntos, equivalentes a 2790 puntos de la actualidad.

Para aprovechar la valorización bursátil, el BC relanzó la posibilidad de que los bancos puedan tomar depósitos atados a la evolución de activos financieros (bonos, índices accionarios), commodities (petróleo, oro, soja, trigo) y monedas extranjeras. Estas colocaciones garantizan el capital y deben tener un plazo mínimo de seis meses. El objetivo es que las entidades financieras utilicen ese fondeo para incrementar sus préstamos de largo plazo.