Versiones cruzadas y mucho misterio envolvían ayer lo ocurrido con el soldado voluntario Pablo Sebastián Guevara, encontrado muerto el sábado a las seis y cuarto de la mañana en el Regimiento de Infantería de Paracaidistas del Tercer Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba. Mientras el Ejército asegura que el fallecimiento se debió a un paro cardiorrespiratorio producto de un ataque de asma, la familia del joven sostiene que su cuerpo estaba desfigurado y que por lo tanto habría sido golpeado. El fiscal federal Nº 1, Ramón Ferrer Vera, recibirá hoy a la hermana, la madre y la tía de Guevara para interiorizarse de las supuestas irregularidades del caso, aceptarlas como posibles querellantes de la causa y analizar si hay elementos suficientes para ordenar otra autopsia, como pretenden los familiares.

Hasta que no se le practique una segunda autopsia al cuerpo de Pablo Sebastián Guevara, el soldado de 23 años que apareció muerto el sábado a las seis y cuarto de la mañana en los predios del Tercer Cuerpo de Ejército de Córdoba, será difícil determinar qué ocurrió en ese ámbito militar. Porque mientras el Ejército asegura que el fallecimiento del joven se debió a un “ataque de asma, lo que le provocó un paro cardiorrespiratorio”, la familia defiende la hipótesis de la golpiza: “Para nosotros no era Pablito, era otra persona. Le faltaban piezas dentarias, cuando tenía la dentadura perfecta, tenía un ojo morado, y una desfiguración total del rostro”, dijo Silvia Frías, la tía de Guevara. El joven fallecido es oriundo de la ciudad de Jesús María, estaba casado y tenía un hijo de un año.

Para interiorizarse de estas denuncias, que fueron las que originaron la intervención de la Justicia federal en el caso, el fiscal federal Nº 1, Ramón Ferrer Vera, recibirá hoy a la mañana a la madre, la hermana y la tía de Pablo, quienes analizan presentarse como querellantes en la causa y exigir la realización de una segunda autopsia para despejar sospechas sobre cuáles fueron las causas de la muerte del soldado, ya que ellas afirman que Pablo “no sufría de asma sino de alergias”. “Queremos una segunda autopsia, y ahí se determinará si estamos ante un nuevo caso Carrasco”, dijo Silvia, en referencia al conscripto asesinado en un regimiento de Neuquén en 1994.

Cecilia, la hermana del soldado fallecido, señaló además que cuando los familiares concurrieron a reconocer el cadáver, el sábado por la mañana, en el Regimiento de Infantería 14 no se lo dejaron ver. “Recién lo hicieron a las 22.30 o 23”, relató la joven. Fue entonces cuando, dijo, vieron que presentaba marcas en el rostro. “Las autoridades dijeron que se lo encontró en un lado del regimiento, después en otro, que es todo producto de un paro cardiorrespiratorio, pero hay muy pocas explicaciones”, dijo con indignación.

En conferencia de prensa, un vocero del Ejército defendió la versión del ataque de asma, aunque reconoció que en los exámenes médicos que le habían practicado al joven cuando ingresó a la fuerza, como voluntario, nunca surgió ninguna evidencia de que padeciera esta enfermedad.

“Somos los más interesados en que esto quede totalmente esclarecido. El soldado no tenía antecedentes en los archivos médicos”, dijo ayer por la tarde el general Gustavo Shurlein, comandante del Tercer Cuerpo de Ejército. “Creemos que se sintió mal, fue a buscar ayuda a la enfermería y entonces ha tenido un paro en ese lugar. A mí no me consta que haya tenido golpes”, enfatizó el oficial.

Desde la fiscalía señalaron que es muy pronto para sacar conjeturas y que por eso hoy escucharán las denuncias de los familiares de Guevara. Además de recibir el informe de la autopsia, realizada por el médico forense de la Justicia federal, el fiscal Ferrer tendrá en sus manos hoy un informe por escrito del Ejército, para conocer los detalles de la versión castrense.