ECONOMíA › EL BANCO CENTRAL LIDERA LAS NEGOCIACIONES CON EL FONDO MONETARIO
Lavagna pide que respeten su independencia
En abierto desafío a Economía, Aldo Pignanelli ya no se preocupa por reclamar la independencia del Banco Central del poder político porque amplió su intervención a áreas de Roberto Lavagna. Vienen dos misiones del FMI, una con John Thornton.
Por Claudio Zlotnik
Si hasta hace 48 horas la duda era si Aldo Pignanelli, presidente del Banco Central, contaba con el respaldo de Eduardo Duhalde para realizar gestiones en Washington ante el FMI y las máximas autoridades del gobierno estadounidense, ahora se ha disipado. El BC divulgó anoche un comunicado oficial informando sobre los encuentros de primer nivel de Pignanelli en los Estados Unidos. En una misma jornada se entrevistó con el subsecretario del Tesoro norteamericano, John Taylor; con el director gerente del FMI, Horst Koehler, y con el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Anoop Singh. Tras esos encuentros, el jefe del Central confirmó la llegada de dos nuevas misiones del Fondo a la Argentina. La primera llegará mañana mismo. Tanto despliegue y poder de negociación no podría establecerse sin el pleno consentimiento del jefe de Estado. En todo caso, la duda ahora se trasladó a la reacción que mostrará Roberto Lavagna frente a la avanzada de su adversario.
La primera misión del Fondo estará liderada por el inglés John Thornton y permanecerá en la Argentina seis días, hasta el viernes 26. Esa misma jornada arribará una segunda delegación “que abordará alternativas concretas para superar la crisis”, según estableció el anuncio oficial. La llegada de estas misiones son una señal de un avance en las negociaciones entre el Gobierno y el Fondo. Sin embargo, el comunicado no hace referencia a si esta última misión será de carácter “negociador” o meramente “técnica”. La diferencia, justamente, es indicativa del estado actual en las relaciones con el organismo.
En principio, el viaje de Pignanelli a los Estados Unidos pareció tener un carácter puramente técnico. El titular del BC asistiría a una convención académica donde se analizaría la situación económica y mantendría encuentros informales con técnicos de los organismos internacionales. Pero con el paso de las jornadas, la visita de Pignanelli, primero a Boston y luego a Washington, viró hacia una de carácter mucho más formal, con entrevistas y negociaciones de primerísimo nivel. Lo curioso no es este hecho en sí mismo sino que Roberto Lavagna, el ministro de Economía, no tuviera ninguna injerencia en, por ejemplo, el cronograma de visitas de los técnicos del Fondo.
Si bien el Central prefirió mantener en reserva los contenidos de las conversaciones en Estados Unidos, lo cierto es que Pignanelli trasladó hacia allí sus propuestas para levantar el corralito –eliminar restricciones a los retiros de las cuentas bancarias a la vista– y la rereprogramación de los depósitos.
Esta situación generó un nuevo choque entre Pignanelli y Lavagna. El ministro prefiere mantener las barreras en las cajas de ahorro y cuentas corrientes y, sobre todo, se resiste a estirar los plazos de los vencimientos de los reprogramados u otorgar un bono compulsivo a los ahoristas, tal como ocurrió con el Plan Bonex.
Entre ambas posiciones, el FMI se vuelca por la de Pignanelli, que sintoniza a la perfección con los reclamos de los bancos. Por eso no debe sorprender que un argumento parecido sea el elegido por la comisión de “notables” que arribará a Buenos Aires pasado mañana y asesorarán sobre las reformas que deberían aplicarse en el sistema financiero.
En el escueto comunicado del Central se dejó establecido la posibilidad de que Taylor acompañe a su jefe, el secretario del Tesoro, Paul O’Neill, en su viaje a la Argentina de principios de agosto. “La entrevista (con Taylor) duró 45 minutos y se caracterizó por su clima constructivo. Taylor transmitió la voluntad del gobierno de los Estados Unidos de apoyar a la Argentina”, señaló la comunicación. Siempre según la información oficial, con Taylor también se analizó la agenda que desarrollarán los “notables”.
Por la tarde, Pignanelli vio a Koehler. La reunión, ocurrida apenas 48 horas después de la mantenida con Anne Krueger, “fue cálida y productiva”, manifiesta la nota del BC, como si eso tuviera alguna relevancia. Eldirigente alemán también le transmitió a Pignanelli que “es intención del organismo es seguir colaborando activamente en la búsqueda de una salida a la crisis”.
Con los técnicos del FMI en Buenos Aires se empezará a develar la estrategia del organismo en esta etapa de la crisis argentina. Dado el estrecho vínculo que parece haber sellado Pignanelli con Washington, cualquier señal determinará la suerte de Lavagna.