El Gobierno dictó ayer la resolución con los precios de referencia de los granos destinados al consumo interno, tal como adelantó Página/12. La cotización de la tonelada de maíz se fijó en 293 pesos, el trigo, 370; la soja, 462; y el girasol, 524 pesos. La diferencia entre esos precios y el valor de mercado permitirá precisar el monto del subsidio que recibirán las industrias que comercializan derivados de esos productos. Si bien la Oncca (Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario) todavía no terminó de definir las normas complementarias que les posibilitarán a las empresas cobrar el beneficio, la resolución publicada ayer en el Boletín Oficial permitirá que los mercados comiencen a normalizarse, pues el subsidio cubrirá todas las operaciones de compra- venta concretadas a partir de hoy.

Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, señaló a Página/12 que “los valores fijados son razonables” y agregó que “la compensación oficial permitirá impulsar una baja gradual del precio del pollo durante los próximos 30 días”. El empresario aseguró que algunos relevamientos oficiales indican que el kilo de pollo se vende actualmente a 4,64 pesos y prometió ante este diario que bajará a 4,20 pesos, casi un 10 por ciento. En el Gobierno quieren que la baja sea mayor y ayer estaban a punto de cerrar un acuerdo con un importante hipermercado para que ofrezca pollos a 3,40 pesos.

La ayuda oficial llegó en el momento justo para este sector. Los empresarios aseguran que en los últimos meses absorbieron el incremento en el precio de los granos que utilizan como insumo sin trasladarlo al consumidor porque tenían firmado un acuerdo con el secretario Guillermo Moreno, pero señalan que si el Gobierno no intervenía iban a impulsar aumentos porque el maíz y la soja representan el 40 por ciento de su costo de producción y habían estado subiendo sin freno. “En septiembre un camión con 28 toneladas de maíz nos costaba 94 mil pesos y ahora lo estamos pagando 147 mil pesos. Esa situación no se podía sostener”, aseguró Domenech.

En las próximas horas la Oncca emitirá una resolución creando un registro de frigoríficos avícolas donde se deberán inscribir las empresas para poder cobrar el subsidio. Para tener una estimación de las operaciones realizadas el año pasado que permita evitar posibles fraudes al momento de presentar los certificados de compra-venta, la Oncca tomará como referencia el relevamiento que realizó el Senasa de la faena avícola el año pasado. En esa entidad oficial están registrados cerca de 45 frigoríficos avícolas que representan el 80 por ciento de la producción nacional.

En el caso del trigo, la situación es más sencilla porque la gran mayoría de los molinos ya se encuentra inscripto en la Oncca e informan mensualmente a través de una declaración jurada el trigo que compran, la molienda que realizan y las salidas de harina al mercado interno y externo. Las operaciones concretadas entre diciembre de 2005 y noviembre de 2006, neteadas de la producción con destino a exportación más un dos por ciento que dé cuenta del crecimiento vegetativo estimado del consumo interno, será tomada como referencia para definir el máximo subsidio por tonelada que podrá recibir cada empresa.

José Manuel del Carril, director ejecutivo de la Federación Argentina de Industrias Molineras, afirmó a Página/12 que la intención oficial es pagar el subsidio 15 días después de la compra del trigo, aunque la reglamentación todavía no está definida. La liquidación se realizaría los días lunes, tomando como referencia las operaciones de la semana anterior, para terminar pagándoles a las empresas una semana después.

Otro de los temas que esperan definición antes de pagar los subsidios es el de los “fasoneros” que alquilan molinos. Algunos grandes establecimientos elaboradores de productos panificados como, por ejemplo, Fargo compran una gran parte del trigo de manera directa para asegurarse una calidad determinada y luego acuerdan con un molino para realizar la molienda. El Gobierno tiene pensado otorgarle el subsidio al molino, pero eso podría generar problemas si el fasón decide alquilar otro establecimiento, porque los cupos máximos para la asignación del beneficio estatal son fijados sobre la base de la actividad del año anterior, y si un molino incrementa su actividad incorporando nuevos fasones, no podría recibir un subsidio acorde con su mayor producción sin antes quitárselo a los molinos de donde se fueron los fasones. Todas estas cuestiones operativas se terminarán de definir en las próximas horas y algunas se afinarán sobre la marcha, pues la intención de la Oncca es dictar la reglamentación esta semana para que las empresas puedan comenzar a pasar por ventanilla para cobrar.