Pese a que el viernes hubo una masiva reacción de las entidades del campo en contra de las nuevas medidas de intervención oficial en los mercados de cereales y oleaginosas, ayer el clima se notaba algo más distendido. El titular de la Sociedad Rural informó que entre hoy y mañana se reunirán los directivos para analizar las recientes medidas, aunque anticipó que “por ahora” no hay intenciones de disponer un paro de actividades comerciales, como se hizo a principios de diciembre pasado. En Federación Agraria no preveían todavía la convocatoria a asambleas o a otra instancia para tomar decisiones. De todos modos, se da por hecho que el conjunto de las entidades esperará a ver cuáles son los primeros pasos que decida Confederaciones Rurales Argentinas, la más dura opositora del Gobierno y, en particular, de las acciones que supongan mayor intervención del Gobierno en los mercados.

En las filas agrarias se está evaluando, por estas horas, la reacción que puede haber entre los productores a las últimas medidas, y entre estos últimos, a su vez, se espera ver cómo incide en sus precios de venta la aplicación de las mismas. Y es que el mecanismo dispuesto por Economía no afecta a todos por igual. Mientras que los productores de soja se verían directamente perjudicados por un aumento de cuatro puntos en la tasa de retenciones a las exportaciones, los productores de trigo y maíz podrían verse, por el contrario, beneficiados. Hasta ahora, el mercado funcionaba con un “techo de precios” virtual, que era el que la Secretaría de Comercio Interior sugería a los exportadores y a los molinos que respetaran como precio máximo, para evitar así su traslado a los productos alimenticios elaborados. Al subsidiar a los compradores que utilicen el grano en el proceso industrial para el mercado interno, el propio gobierno los habilita ahora que reciban en el mercado el reflejo de la cotización internacional (descontado el flete) en forma plena.

Pero los productores de trigo y maíz preferirán esperar a ver en la práctica los efectos antes de darse por satisfechos por la medida. Este compás de espera también impone una pausa, de algún modo, a la definición de acciones directas por parte de las entidades agropecuarias.

Luciano Miguens, presidente de Sociedad Rural, expresó ayer algunas críticas a la imposición de nuevas retenciones a la soja pero fue prudente al señalar cuál será la reacción de las entidades. Calificó de “inconsulta” y “un poco apresurada” la postura de la cartera económica al disponer las retenciones y, en paralelo, subsidios a la industrialización de los principales granos. “El sector tenía mejores propuestas para lograr un descenso en los precios para la canasta familiar”, opinó. Los directivos de la Sociedad Rural se reunirán entre hoy y mañana para evaluar las medidas, pero Miguens adelantó que “por ahora” no se han planteado reclamos de medidas de fuerza.

CRA y Federación Agraria no se pronunciaron, pero tanto en las bases de una como de la otra entidad pesa el malestar por recientes medidas adoptadas por el Gobierno que terminaron tensando aún más las relaciones. El reciente acuerdo por el precio de la leche fue alcanzado por Comercio Interior con la industria sin participación del sector productor, que fue convocado a último momento pero no firmó frente a la actitud inconsulta con la que se resolvió. En el sector ganadero, tampoco cayó bien el nuevo “apriete” a frigoríficos para que dejen de comprar hacienda en campo y vuelvan al Mercado de Liniers. Situaciones tirantes que parecen pesar más que el último paquete de medidas como aporte de malestar al sector agropecuario.