En las últimas horas se reavivó la pelea entre el Gobierno y la multinacional Monsanto por las regalías de la soja transgénica. Ayer, el secretario de Agricultura, Miguel Campos, acusó a la empresa de “provocadora”, de tener “intereses espurios” y de “sembrar confusión” entre los productores. La embestida fue en respuesta a una reciente convocatoria de la multinacional a ruralistas realizada en la Embajada de los Estados Unidos.

Enterado de la movida de Monsanto para negociar con los productores el pago de regalías, Campos sacó un comunicado lapidario contra la empresa. Además de acusarla de llevar a cabo una “campaña mediática tendenciosa para favorecer sus espurios intereses”, el funcionario reafirmó que “el pago de patentes es un derecho que no puede pretenderse por la fuerza”. El Gobierno asegura que la compañía no tiene derecho a reclamar esa compensación porque el gen no está patentado en el país.

La postura de fortaleza de Agricultura se entiende ya que hace cinco meses le ganó una batalla judicial a Monsanto. La empresa había planteado un recurso ante tribunales europeos que derivaron en la incautación de cuatro embarques de harina de soja enviados desde la Argentina. En agosto del año pasado, en Europa le dieron la razón al gobierno argentino. Allí se determinó que no se pueden cobrar regalías sobre la harina. Es decir, que la protección de la patente no puede extenderse a los productos derivados de la semilla de soja.

En este contexto, Campos acusó a Monsanto de “engañar a la población argentina”. Y recordó que la actual Ley de Semillas ampara a los productores. Esa norma, en su artículo 27, afirma que “no lesiona el derecho de propiedad quien reserva y siembra semilla para su uso propio”.

Monsanto, que reclama el derecho de propiedad de la soja transgénica, no detuvo su ofensiva en su intento por cobrar regalías. Por eso armó reuniones con productores. Fue en este contexto que Campos insistió en que el producto no tiene su patente bajo protección en la Argentina. Y que, en virtud de haber soportado distintos fallos en contra, tanto a nivel local como internacional, a la empresa no le cabe el cobro de regalías. Monsanto venía reclamando el cobro de entre 15 y 18 dólares por tonelada.