Julio De Vido, ministro de Planificación, y su par de Hidrocarburos de Bolivia, Carlos Villegas, firmaron ayer en Buenos Aires una carta de entendimiento para la construcción del Gasoducto del Nordeste Argentino, cuya licitación será anunciada formalmente el 26 de este mes en Santa Cruz de la Sierra. Entonces, ambos gobiernos precisarán cuestiones clave, tales como el plazo para la ejecución de una obra cotizada oficiosamente en alrededor de 1300 millones de dólares, pero de la que aún no se sabe cómo se financiará.

De Vido trató ayer de aventar temores sobre el riesgo de que el país vecino no pueda garantizar la provisión de gas que justifique el tendido de ese nuevo ducto. Cuando Roberto Lavagna era ministro, se lo conoció como el “gasoducto de Techint”, ya que se trató de una iniciativa de ese grupo, que estaba dispuesto a financiarlo y operarlo. Después de un tiempo en el freezer, la propuesta se reactivó con todo el aval político, al punto de que Néstor Kirchner se refirió a ella en su extenso discurso de apertura de las sesiones legislativas, reivindicando el emprendimiento como la fórmula para proveer de gas natural a una región del norte del país que hoy no lo tiene.

El Gasoducto del Nordeste atravesará las provincias de Formosa, Chaco y Santa Fe y permitirá aumentar la capacidad para traer el fluido desde Bolivia, hasta llegar a 27 millones de metros cúbicos por día a partir de 2010, contra los 7 millones que se importan actualmente. La realidad es que la demora del gobierno de Evo Morales para reformular los contratos con los petroleros privados fundó algunas dudas respecto a que se pueda cumplir con aquella meta.

El ministro de Planificación desestimó esos temores aludiendo a ellos como versiones periodísticas injustificadas. Sin embargo, su colega Villegas retornó a La Paz con el propósito de acelerar la puesta en marcha de acuerdos con las productoras privadas que operan allá para honrar el compromiso asumido con la Argentina.

“No necesitamos ningún tipo de apoyo externo: los dos países estamos en condiciones de llevar adelante estas obras, que forman parte de un proyecto estratégico”, subrayó De Vido, en alusión al emprendimiento que encararán conjuntamente Enarsa y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. “Que nadie especule con que Argentina no va a poder financiar las obras. Tenemos superávit fiscal y 35.000 millones de dólares de reservas”, se jactó el ministro.