La dura calificación que lanzó el lunes último el gobernador bonaerense, Felipe Solá, contra la actitud del secretario de Comercio Interior en el Mercado Central de Buenos Aires podría ser la primera manifestación de una crisis de proporciones. Guillermo Moreno fue cuestionado por actitudes de “intervención y autoritarismo” por parte de Solá, durante un acto público en el partido de Azul. Las críticas surgen a partir de la renuncia presentada por el representante de la provincia en el directorio del organismo, Ricardo Angelucci, quien en un informe elevado al mandatario bonaerense habría presentado en durísimos términos la situación que se vive en el mercado y la incidencia que tendría en ella la política dictada por Moreno.

Angelucci se reconoce como un economista cercano al kirchnerismo, alineado con los sectores más progresistas que sumaron su aporte tanto al gobierno nacional como al de Solá en la provincia. Fue designado en 2003 como representante provincial en el Mercado Central, cuerpo tripartito en el que también participan la Nación y la Ciudad de Buenos Aires. La presidencia es rotativa. Desde el año pasado la ejerce la Nación, a través de Fabián Dragone, pero en las próximas semanas correspondería el traspaso del cargo a la Ciudad Autónoma.

Dragone proviene de las filas del kirchnerismo puro o “pingüino” y es referenciado como hombre de confianza del jefe de la SIDE, Francisco Larcher. Pero, desde el año pasado, se alineó con las políticas de Guillermo Moreno. Justamente, en ese año la administración del gobierno nacional en el Mercado Central pasó de la órbita de la Secretaría General de la Presidencia a la de Comercio Interior.

Según señalan fuentes oficiales de la provincia, el pormenorizado informe de Angelucci a Solá, que precedió a la presentación de su renuncia, detalla el modo en que cambió la política oficial en el Mercado Central a partir del ascenso de la influencia de Moreno. El proyecto estratégico de transformación del Mercado, que había sido delineado entre otros por el propio Angelucci, chocó el año pasado con la urgencia por contener la suba de precios, que en el caso de frutas y verduras venía en proceso de aceleración desde fines de 2005.

Pero según apunta el informe, no sólo se abandonó el proyecto estratégico, sino también el proceso de “limpieza” de las patotas y negocios turbios que caracterizaron al Mercado Central históricamente, etapa a la que han quedado ligados los nombres de Alberto Pierri y Luis Patti. Según denunció Angelucci en su momento –y habría reiterado en su informe final–, la intención de continuar con la depuración del Mercado chocó con la intención de los que volvieron a recuperar ese espacio de la mano de la nueva gestión y culminó en una paliza que recibió en su propio despacho, por parte de una patota de siete integrantes que irrumpieron allí. El hecho fue denunciado en la propia Cámara de Diputados a través de un pedido de informes, que acompañó a otro en el cual se pedían explicaciones sobre la designación como asesor de Dragone de un ex comisario exonerado de la Bonaerense, por dejar escapar a otro policía acusado de torturar y matar a un menor.

El informe da cuenta, además, de manejos que intentaron mostrar valores de frutas y verduras menores a los negociados libremente. “La conducción del Mercado pasó a ser un operador de las cadenas de hipermercados, obligando a los productores a venderles a un precio predeterminado e informando ese valor como el de referencia para los índices”, señaló una fuente del sector. “Se destruyó el Mercado Central como órgano de regulación, como antes se hizo con Liniers”, se quejó la misma fuente. Allegados a Comercio Interior lo niegan. “Si así hubiera sido, los hipermercados tendrían los precios más baratos en esos rubros, y es al revés”, explican.

En el medio de las disputas, hay quienes simpatizan con Moreno y devuelven la carga contra Angelucci. Fabián Zeta, titular de la Cámara Mayorista Frutihortícola, responsabilizó al funcionario bonaerense de un pasivo de cuatro millones de pesos “producto de su mala administración” en los dos períodos en los que ocupó la presidencia. Otras fuentes allegadas al secretario de Comercio aseguran que la paliza contra Angelucci es consecuencia de la interna oficial bonaerense y sugieren indagar en los grupos piqueteros que integran el gobierno de Solá.

El representante porteño tampoco avalaría la política ejercida por Comercio Interior bajo la conducción de Dragone y pondría reparos a tomar la posta sin pasar en limpio la situación. Solá, se sabe, no se tiró a una piscina vacía cuando apuntó a un miembro del Gobierno. Ayer, el gobernador mantuvo una prolongada reunión con su subsecretario de Asuntos Agrarios, Raúl Rivara, y con el propio Angelucci, para definir los próximos pasos. Poco se conoce sobre las conclusiones. Pero lo que se da por seguro es que el tema no terminó acá.