Las cuentas del Tesoro cerraron marzo con un superávit de 1485,6 millones de pesos, 5,8 por ciento más que el excedente logrado en igual mes de 2006, informó ayer la ministra de Economía, Felisa Miceli. Además, el Fondo de Reserva Anticíclico, conformado con el excedente de las cuentas fiscales, alcanza “al equivalente de 7000 millones de pesos, ya que una parte está en divisas”, explicó la funcionaria al dar a conocer las cifras durante una conferencia de prensa en Casa de Gobierno.

Con los datos de marzo, el primer trimestre del año cerró con un superávit de 5086 millones de pesos, equivalente a 3,6 por ciento por sobre la marca de enero-marzo del 2006, y 25 por ciento más que lo estimado en la Ley de Presupuesto. Miceli destacó que durante marzo los gastos corrientes aumentaron un 42,6 por ciento, “debido a las mayores erogaciones en seguridad social”. La ministra, en compañía del secretario de Hacienda, Carlos Mosse, informó que también crecieron los gastos de capital, un 49,2 por ciento en relación con el año pasado, “debido al mayor nivel de obra pública tanto provincial como nacional”. La funcionaria aseguró que el superávit fiscal “es uno de los pilares” en los que se basa el programa económico del Gobierno.

Durante marzo, los ingresos corrientes sumaron 11.361,5 millones de pesos mientras que los pagos alcanzaron los 9427,2 millones, dejando un resultado económico favorable de 1934,3 millones. En los gastos corrientes, las prestaciones de la Seguridad Social sumaron 3312,9 millones de pesos y el pago de intereses de la deuda otros 1190,7 millones.

Respecto de esas cifras, Miceli había asegurado por la mañana que existe “un debate sobre la pauta fiscal” y que el Gobierno no está preocupado por el aumento del gasto público, puesto que “es compatible con el incremento de los ingresos”. La ministra –quien disertó en un almuerzo organizado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires– sostuvo también que “las tensiones inflacionarias y salariales” que se están registrando “son propias de los desafíos del crecimiento”, a la vez que destacó que “cuando hay superávit y política monetaria prudente es imposible que haya desbordes de precios”.

La titular del Palacio de Hacienda señaló también que “el faltante de algunos productos” en los supermercados “no es igual a desabastecimiento” y estimó que “en dos semanas”, cuando se bajen las aguas que inundaron las regiones de la cuenca lechera en Santa Fe, la situación se irá normalizando. Por otro lado, recordó que “este es el quinto año consecutivo que la economía crece” y que esa situación se da “por primera vez en la historia” de la Argentina, además de puntualizar que “es la primera vez que se crece con superávit tanto de la cuenta corriente de la balanza de pagos, como fiscal”.

“Algunos piensan que, como este es un año electoral, el gasto va a aumentar y se va a descuidar el superávit, pero el superávit fiscal no es una variable de ajuste para este gobierno, sino una meta”, expresó la funcionaria. En ese sentido, subrayó que “estamos haciendo compatible el crecimiento de los ingresos con el de las erogaciones”, que se focalizan “en inversión pública para atender las demandas insatisfechas de la gente”. “Es cierto que el gasto público está aumentando, pero atrás de eso hay cuestiones de inversiones esperadas por la gente durante añares”, enfatizó.

Al respecto, puntualizó tres ítem vinculados con las erogaciones públicas: “Financiar educación, ciencia y tecnología son inversiones a futuro; las jubilaciones anticipadas son para proteger a prácticamente un millón de personas mayores que no tenían posibilidades, es una deuda social, y después está la inversión en obras públicas”. Sobre esta cuestión se preguntó: “¿Qué destino tiene un país si no tiene infraestructura competitiva?”, para luego apuntar que “mientras aquí representa el tres por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) y en los países del Sudeste asiático, a los que muchos ponen como ejemplo, es del 10 por ciento”.

En cuanto al superávit comercial, expresó que “si este año es de 10 mil millones de dólares en lugar de 20 mil millones, como en 2006, también será excelente” y mencionó, entre otras cuestiones, que marcan el incremento de las importaciones la compra de aviones comerciales. Miceli destacó que “el objetivo económico es mejorar la calidad de vida de la población, porque este es un modelo de inclusión, generación de empleo, con menos pobreza e indigencia”. De todos modos, reconoció la necesidad de aumentar las inversiones, pese al nivel record que se obtuvo en ese rubro, ya que son “imprescindibles para que siga el crecimiento”. La ministra atribuyó las tensiones inflacionarias que existen, en parte, a la necesidad de mayor inversión que permita que la oferta pueda satisfacer la demanda.

También se refirió a las negociaciones salariales y recordó que “antes no se discutía nada porque había un ejército de desocupados”.