Con la presencia de Néstor Kirchner, el Gobierno, las entidades del campo y los frigoríficos firmaron anoche un acuerdo para ordenar el mercado de la carne. El convenio actualiza los precios de referencia para la venta del ganado en pie, aunque ese ajuste no debería tener incidencia para los consumidores, porque los valores anteriores habían quedado desbordados. El otro eje del entendimiento es que el foco del control de precios pasa a los frigoríficos, con el valor de la media res a salida de planta. El arreglo debería distender la relación entre el Gobierno y la mayor parte del sector ganadero. Sin embargo, algunas entidades, como Carbap, rechazaron la propuesta y ratificaron la continuidad de una medida de fuerza hasta el próximo lunes. Ayer hubo denuncias de desabastecimiento.

El acuerdo se firmó cerca de las 10 de la noche, luego de largas horas de incertidumbre. En principio, la Jefatura de Gabinete había convocado a los representantes del sector privado para las 4 de la tarde. Pero la cita se frustró porque las entidades del campo exigieron conocer el texto definitivo del convenio antes de acudir a la Casa Rosada. Había trascendido que el Gobierno había introducido cambios al preacuerdo que firmaron el jueves pasado productores, frigoríficos y consignatarios y nadie se quería mover hasta tener todo claro. Cuando accedieron a la versión final del documento, las cámaras agropecuarias se quejaron por las modificaciones. Paralelamente, las repercusiones en Casa Rosada de los sucesos en Santa Cruz demoraron definiciones del propio Gobierno.

En ese momento, De Urquiza convocó a la Sociedad Rural, Federación Agraria, Coninagro y al Frente Agropecuario Nacional a su despacho. Dirigentes de esas cámaras empezaron la reunión con el secretario pasadas las 7 de la tarde. Hubo contactos telefónicos con las cámaras frigoríficas y de consignatarios. Finalmente, poco antes de las 9 de la noche, el arreglo volvió a salir a flote.

El Gobierno aceptó elevar los precios de referencia para la comercialización del ganado ante la evidencia de que los controles que viene ejerciendo la Secretaría de Comercio Interior quedaron superados. En la práctica, los productores venden la hacienda por fuera del Mercado de Liniers a un precio más alto que el estipulado por el Gobierno. La nueva estrategia oficial es dar respuesta a la demanda de los productores, que podrán vender libremente a mejores precios, y conseguir un control más efectivo con su colaboración. El foco del control pasa ahora al precio de la media res a la salida de los frigoríficos. Este sector, por su parte, consiguió que se libere la exportación de vacas de conserva y el compromiso del Gobierno de agilizar los trámites para la concesión de permisos de exportación.

Además, la Secretaría de Agricultura concederá subsidios por 217 millones de pesos para asistir la producción de terneros y el Banco Nación dará créditos flexibles en el marco de un plan ganadero.

El acuerdo abarca a la mayor parte de la producción agropecuaria, a las cámaras frigoríficas especializadas en exportación, a las dedicadas al mercado interno y a los consignatarios. Sin embargo, Confederaciones Rurales Argentinas quedó al margen. Una de las federaciones que integran esa entidad es Carbap, que encabeza el paro ganadero que terminará el próximo lunes. La medida de fuerza que viene llevando adelante este sector se hizo sentir en las góndolas de supermercados y en las carnicerías. Ayer hubo señales importantes de desabastecimiento. A pesar de ello, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sostuvo que el problema se arreglará en el corto plazo. Confía en torcer la historia con el acuerdo que firmó con las demás entidades.