La disminución en la demanda de energía en la última semana, fundamentalmente por la elevación de la temperatura media en el área metropolitana bonaerense, permitió recuperar parte del nivel del agua en las represas hidroeléctricas de Río Negro y Neuquén, según los responsables del monitoreo de la cuenca del Comahue. El sistema de represas de los ríos Neuquén y Limay estaba, hasta hace pocos días, al límite de quedar fuera de servicio por insuficiencia del caudal para alimentar los vertederos. Ahora, las autoridades de la cuenca aseguran que el sistema logró un respiro, por lo menos hasta la llegada de una nueva ola polar.

Aníbal Asensio, secretario operativo de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas, señaló a la agencia Télam que, si bien el nivel de las represas no ha variado en forma significativa, “hay componentes que le dan un respiro al sistema energético”. El funcionario estimó que “con las altas temperaturas de Buenos Aires y la mejoría en la afluencia de agua a la represa de Salto Grande, los embalses de la región del Comahue pudieron disminuir su generación e iniciar una leve recuperación”.

Las escasas lluvias producidas en las dos últimas jornadas no fueron importantes, pero la perspectiva es que seguirían hasta principios de la próxima semana. Como hasta el martes, al menos, está pronosticado que siga un clima no tan frío en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, ello permitiría mantener en reserva las centrales hidroeléctricas sobre el río Limay: Piedra del Aguila, Pichi Picún Leufú y El Chocón. La central Alicurá, aguas arriba por el mismo río, permanece fuera de servicio para permitir el paso del agua para las centrales ubicadas corriente abajo. Sería, en consecuencia, la última en volver a un régimen normal de generación. Las centrales más favorecidas por la menor demanda de los últimos días, a su vez, son las ubicadas sobre el río Neuquén, que son de menor porte que las anteriores: Planicie Banderita, Los Barrales y Mari Menuco.