A partir de hoy se ampliarán los controles del Gobierno sobre la industria láctea. Todas las operaciones de exportaciones e importaciones de leche y quesos quedarán registradas. “Queremos tener todo el ciclo de información”, sostuvo a Página/12 el presidente de la Oncca, la oficina que controla el comercio agropecuario, José Portillo. El objetivo es que el mayor caudal de datos ayude a normalizar el sector lácteo, uno de los de comportamiento más conflictivo a lo largo del año.

Por las inundaciones y las heladas que se dieron desde comienzos de 2007, la producción de lácteos cayó alrededor del 10 por ciento con respecto al período enero-agosto del año pasado, aunque se nota una mejora en las últimas semanas. Para atender la demanda interna, hubo un acuerdo de abastecimiento con las industrias y se impusieron fuertes retenciones a las exportaciones. Las ventas al exterior de leche bajaron 30 por ciento entre enero y agosto, en relación con similar período del año pasado. En este contexto, el consumo interno se achicó un cuatro por ciento. Esta caída se dio básicamente por los faltantes de mercadería. O sea, que quedó una demanda insatisfecha.

En el Gobierno aseguran que la situación se viene normalizando, de manera acelerada durante las últimas dos semanas. En las industrias perciben, por su parte, que el escenario mejorará con la llegada de las mejores pasturas de la primavera y los primeros calores. Algunos productos, como las leches fortificadas y algunas segundas marcas reconocidas, continúan faltando en las góndolas.

Para evitar que la escasez y el salto en los precios internacionales de la leche impacten sensiblemente en los precios, Economía impuso fuertes impuestos a las exportaciones. La diferencia entre lo que cuesta una tonelada de leche en polvo en los mercados extranjeros (6500 dólares) y los 2200 dólares que se puso como tope a las exportaciones se canalizó a un fondo especial. Hasta ahora, ese fondo cuenta con alrededor de 20 millones de dólares, que serán repartidos próximamente entre productores.

El problema adicional es que los industriales vienen presionando para obtener un valor superior por sus ventas al exterior. En lugar de 2200 dólares por tonelada quieren percibir entre 2600 y 2700. Miguel Peirano debe decidir sobre la cuestión en las próximas semanas teniendo en cuenta que un movimiento alcista de esos valores podría impactar en los precios internos. Portillo, de la Oncca, cree que se podría atemperar ese efecto. “La oferta láctea viene en ascenso, lo que debería contrarrestar la presión alcista”, señaló el funcionario a este diario.

Para evitar saltos bruscos en los precios al público, el Gobierno otorgó compensaciones a las principales compañías lácteas. Se tomó esa decisión porque los productores reciben ahora un promedio de 75 centavos por litro contra 51 centavos de enero, una suba del 47 por ciento. SanCor, La Serenísima y Milkaut se repartieron 36 millones de pesos por haber trasladado un mínimo de aquel aumento a los comercios minoristas.

El registro que se abre hoy tendrá el objetivo de transparentar el sector y evitar tanto aumentos de precios como faltantes de productos. Hasta el momento, las ventas al extranjero consistían en acuerdos entre privados que luego podían llevarse a cabo o no. Ahora tendrán que quedar registrados tanto el compromiso de venta como su efectiva concreción. En los despachos oficiales creen que, de esta manera, se evitarán maniobras especulativas.