Aunque con marcados desniveles, la actividad industrial mantuvo en septiembre su tendencia alcista, con un incremento anual del 8,8 por ciento en dicho mes y del 6,6 por ciento en el acumulado de los nueve primeros meses con respecto a idénticos períodos del año anterior. El sector automotor continúa siendo el principal impulsor de la buena performance de la industria manufacturera, aunque otro sector clave de la actividad, la alimentación, observa una pronunciada desaceleración. En tanto, otros dos sectores que son eslabones clave en la cadena productiva, como refinación de petróleo e industrias metálicas básicas (acero y aluminio), muestran niveles de uso de la capacidad instalada muy cercanos al estrangulamiento.

El nivel de actividad en el rubro Vehículos automotores, medido por el Indec (con diferencias por metodología de cálculo con los datos que difunde la cámara sectorial, Adefa), creció este año 24,3 por ciento con respecto al año anterior, pese a que en el mes de septiembre se refleja una circunstancial caída con relación al mes anterior (-8,4 por ciento). Este sector, con fuerte peso en la estimación media industrial, no logra, sin embargo, arrastrar al resto de los sectores manufactureros que se le vinculan en el mismo ritmo de expansión, paso a paso: el resto de la industria metalmecánica observa, en los primeros nueve meses del año, un resultado favorable aunque sensiblemente menos impactante que el de Vehículos automotores, con un crecimiento del 9,3 por ciento.

Dentro de los sectores que componen el área de Alimentación, siempre según las mediciones oficiales, se destaca la diferencia de comportamiento entre distintos sectores, ya que mientras Bebidas, carnes blancas y rojas registran importantes incrementos respecto del año anterior (entre 5,8 y 9 por ciento en los nueve meses), en rubros como Lácteos se computa un retroceso (-9 por ciento), consecuencia de una crisis del sector por razones climáticas y financieras que afectaron a la producción.

También se observaron divergencias en el comportamiento de los rubros pertenecientes al sector textil: el renglón Tejidos subió en el año 5,6 por ciento respecto de 2006, mientras que Fibras sintéticas y artificiales retrocede 17,4 por ciento.

Hay dos sectores industriales que aparecen comprometidos por el grado de utilización de la capacidad instalada, muy próximos al 100 por ciento. Uno es Refinación de petróleo, que en septiembre llegó al 96,2 por ciento. El sector se encuentra en un uso de capacidad entre el 94,7 y el 99,3 por ciento desde febrero hasta acá, lo que indica que, técnicamente, ya se encuentra en pleno uso de su capacidad instalada. Es decir que se encuentra en un cuello de botella para el abastecimiento de combustibles y lubricantes, sin que las refinadoras del sector tengan planteada la ampliación de su capacidad de planta. El otro sector clave en situación similar es Industrias metálicas básicas, donde los dos subsectores –acero y aluminio– presentan situaciones absolutamente monopólicas de producción. En ellos, el uso de la capacidad instalada llegó al 94,1 por ciento en septiembre, cinco décimas más que en agosto.

Son los renglones en los que los planificadores industriales deberían estar mirando cuáles son las condiciones de abastecimiento de productos importados –disponibilidad y precio– como para prever una eventual parada de producción en algún sector por falta de insumos y materias primas.

El Indec informó, además, que durante el tercer trimestre, por vigésimo período consecutivo, el sector industrial aumentó el nivel de obreros ocupados, observando un crecimiento del 5,6 por ciento en el último año. En forma consecuente, crecieron los salarios nominales del sector, en una proporción del 20,6 por ciento en promedio en relación con los vigentes al tercer trimestre del año pasado.