La fuerte caída de las Bolsas asiáticas, que llegaron al 2,2 por ciento en Tokio y al 4,7 por ciento en Indonesia, hacían prever una jornada negativa en el resto de los recintos. Tras la operatoria a la baja en Europa, hubo temor a un “lunes negro”. Wall Street empezó con esa tendencia hasta que las previsiones positivas en los balances de las empresas tecnológicas impulsaron al mercado y los fantasmas desaparecieron. El índice Dow Jones subió 0,3 por ciento.

En Buenos Aires, el índice MerVal cedió apenas el 0,1 por ciento y el dólar avanzó un centavo, a 3,19 pesos. La intención del Gobierno es mantener el tipo de cambio en torno de los valores actuales, no más allá de los 3,20 a 3,22 pesos, para evitar un recalentamiento de los precios.

El dólar en el mercado mayorista cerró en 3,17 pesos, el nivel más alto en tres meses. Ayer se notó una mayor demanda de billetes verdes por parte de empresas y bancos, y una menor liquidación por parte de los exportadores. El Banco Central finalizó con 42.901 millones de dólares de reservas, el mismo nivel que el último viernes. El volumen de operaciones en el mercado cambiario alcanzó a 392 millones de dólares, un nivel considerado bajo por los especialistas. La razón de esta situación es que existe cautela entre los inversores ante la inminencia de las elecciones.

Mientras el peso sufría una leve devaluación frente al dólar, la moneda estadounidense volvía a caer con relación al euro. La cotización fue a 1,435 dólar por cada moneda europea, un valor record.

En el mercado de títulos de la deuda hubo cierres mixtos. Después de varias jornadas negativas, los bonos en pesos registraron alzas: el Discount se elevó 0,9 por ciento y el Par, 0,6. En el sentido contrario, hubo retrocesos entre los papeles dolarizados, como el Par (-0,9%).

El mercado del dinero también operó con tranquilidad. La tasa interbancaria (call) se mantuvo en el 9 por ciento anual y los bancos pidieron apenas 12,7 millones de pesos en pases activos del Banco Central. La autoridad monetaria declaró desierto, a su vez, el llamado a recompra de Lebac y Nobac, lo que indica que las entidades financieras cuentan con suficiente liquidez. Estas convocatorias forman parte de la batería de iniciativas que puso en marcha el Central para controlar el costo del dinero.