La Unión Industrial Argentina se manifestó ayer dispuesta a integrar el pacto social que propone la presidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner. “Si se habla sólo de precios y salarios o de porcentajes, no; pero si el acuerdo contempla los intereses de todas las partes, tales como innovación, educación, empleo, financiamiento o cadenas de valor, sí es necesario”, sostuvo ayer Juan Carlos Lascurain, titular de la entidad.

Los industriales darán inicio mañana a una nueva conferencia anual con el objetivo, según expresaron ayer en una reunión con periodistas, de elaborar un documento que permita sentar las bases para impulsar el pasaje de la recuperación industrial a un modelo de desarrollo. “Queremos proyectar la evolución del sector para los próximos diez años”, sostuvo Luis Ureta Sáenz Peña. Este objetivo es coincidente con lo que hasta ahora dejó trascender el Gobierno.

Lascurain cargó además contra aquellos que pronostican un fracaso de la iniciativa. “Corea, Finlandia, Australia y Canadá han impulsado concertaciones muy exitosas. El gran desafío es cómo nos imaginamos la negociación con los otros sectores”, sostuvo.

Cuando se lo consultó sobre el riesgo de que los sindicatos utilicen la convocatoria oficial sólo para exigir un aumento de salarios, el empresario se mostró confiado en poder negociar una alternativa que conforme a ambas partes. “Actualmente los salarios representan el 42 por ciento del producto y es lógico que los trabajadores busquen llegar al 50 por ciento. Estamos de acuerdo con ese objetivo, pero se puede lograr en varios años o en seis o siete meses”, afirmó.

–¿Ustedes en qué plazo creen que se podría llegar? –preguntó Página/12.

–No tenemos un plazo previsto. Eso debe surgir de la negociación con el resto de las partes.

–Pero saben que en seis o siete meses no se puede.

–Puse ese plazo como ejemplo, pero lo cierto es que ya tuvimos experiencias de ese tipo en la historia argentina y no fueron buenas. Uno de los casos de explosión fue el Rodrigazo. Tenemos que ser capaces de imaginar una Argentina distinta.