Llamados de urgencia y con restos de pan dulce en las manos, senadores y diputados convirtieron en ley la iniciativa enviada por el Gobierno para modificar la hora en todo el país el próximo 30 de diciembre. La norma contó con amplio respaldo en ambas Cámaras del Congreso. Esto no evitó las numerosas críticas que se escucharon durante el debate. Las provincias cordilleranas reclamaron una hora oficial diferenciada. Señalaron que el adelantamiento de una hora no representará para ellas un ahorro de energía sino lo contrario. En todas sus variantes, la oposición destacó que la medida viene a sincerar la crisis energética negada permanentemente por el kirchnerismo. El oficialismo destacó que el proyecto apunta al uso racional de la energía y que surgió por el aumento del consumo. Cincuenta y siete senadores apoyaron el proyecto y tan sólo tres estuvieron en contra, mientras que en Diputados la votación fue 192 a 2. El rechazo surgió de legisladores de las provincias cuyanas.

El proyecto ingresó por la Cámara alta el 21 de diciembre. El oficialismo estaba apurado en tratarlo y eso tenía su explicación. La ley debía publicarse en el Boletín Oficial antes del viernes, y así se hará. A pesar de la amplia mayoría kirchnerista en el Senado, el debate insumió cerca de tres horas. En Diputados la discusión también fue maratónica.

En la Cámara alta, la defensa del proyecto la realizó el sanjuanino César Gioja. En su presentación destacó que la propuesta del Gobierno “tiene que ver con el aumento de la actividad fabril y con el crecimiento sólido y sostenido”. En buen romance, apuntaba a desalentar que existiera una crisis.

La primera objeción provino de la salteña Sonia Escudero. A pesar de integrar el bloque oficialista, Escudero criticó el proyecto. En principio destacó que para su provincia el adelantamiento no significará un ahorro. “El sol se alzará en Salta a las 7.31 y se pondrá a las 21.12 horas”, dijo para destacar que ello implicará un mayor consumo de energía eléctrica. Escudero recordó que “la mayoría de los países desarrollados tienen un horario de verano y otro de invierno” y propuso que la Argentina adopte más de un huso horario. La legisladora también criticó la delegación de facultades que el artículo 5 del proyecto le concede al Ministerio de Planificación. Ese fue uno de los cuestionamientos más repetidos en ambas Cámaras. Tanto que al momento de la votación, ese artículo se votó de manera diferenciada y fue el que más rechazos generó. La redacción fue modificada aunque no sustancialmente.

Los mendocinos del Frente para la Victoria y del radicalismo coincidieron en su crítica. La kirchnerista Marita Perceval, que a pesar de sus reparos, votó a favor de la norma, subrayó que apoyaba la iniciativa porque entendía que lo que estaba en discusión era un proyecto de Nación. Subrayó que la región del centro del país es la que más consumo de energía tiene y que el cambio horario la favorece. Destacó que en Mendoza el pico más alto del sol será a las 14 horas. Reclamó la existencia de un huso horario diferenciado. El jefe de la bancada radical, el mendocino Ernesto Sanz, comprometió el apoyo de su bloque aunque en su calidad de mendocino votó en contra.

El jefe del bloque oficialista, el rionegrino Miguel Angel Pichetto, no dejó pasar su malestar por las críticas de los mendocinos. “En Mendoza todo es distinto. Los índices de inflación del Indec, el huso horario”, dijo sin ocultar su molestia porque Perceval había leído declaraciones del flamante gobernador Celso Jaque en las que decía que el cambio horario no sería beneficioso para la provincia.

Los puntanos, en su condición de cuyanos, también se opusieron al cambio horario. Rodríguez Saá destacó que “hace años que la producción de energía no crece”. En un estilo irónico, destacó que “el gobierno ha decidido encarar la crisis energética con decisión”. También aplaudió que ello se hiciera por un proyecto de ley. Lo que lo llevó a destacar que “se pueden encarar los problemas sin hacer un uso indiscriminado del poder”. Una crítica por elevación a Néstor Kirchner.

Los miembros de la oposición señalaron que el hecho de que el cambio horario se haya resuelto por una ley del Congreso es una señal de que de ahora en más la presidenta Cristina Fernández debería prescindir de los decretos de necesidad y urgencia. “En este tema hubiera sido razonable que se firmara un DNU. Si no se firmó, se desprende que en temas más importantes tampoco se tendrán que firmar”, destacó Sanz en diálogo con este diario.

En Diputados, la defensa del proyecto la realizó la fueguina Roxana Bertone. Su discurso abundó en elogios al gobierno nacional y fue confuso a la hora de explicar la necesidad del cambio horario. Juan Carlos Morán, de la Coalición Cívica de Buenos Aires, criticó la política energética del gobierno y le apuntó al ministro Julio De Vido. Por la UCR, Pedro Azcoiti, dijo que “una vuelta más o menos al reloj o repartir lamparitas chinas no va a solucionar el problema energético”. Azcoiti repasó la política privatista de los ‘90 y cuestionó al kirchnerismo. “Hubo muchos de los que están acá y muchos otros que gobiernan provincias que respaldaron la privatización de YPF”.

El socialismo apoyó en general y criticó que no se buscaran consensos. Una postura similar asumieron el ARI-Autónomo y Claudio Lozano. El bonaerense Eduardo Macaluse criticó que el gobierno no controle las exportaciones petroleras “en un país que no tendría que exportar petróleo”. El diputado del ARI-Autónomo destacó que “los cambios de horario se realizan al comienzo de la temporada estival o invernal. Este cambio, realizado cuando la temporada ya comenzó, demuestra la improvisación del Gobierno”. También advirtió que “los cambios horarios generan mayor cantidad de accidentes de tránsito”. Destacó que en este caso, el cambio se realiza en el momento de mayor tránsito vehicular por el comienzo de las vacaciones.