El oficialismo asumió el riesgo, forzó la votación y le salió mal. El Frente para la Victoria necesitaba los dos tercios de los diputados presentes para transformar en ley la creación de dos nuevas sociedades del Estado para el “reordenamiento ferroviario”, pero no consiguió las manos necesarias. Ni siquiera logró el respaldo de sus aliados. La iniciativa del ministro de Planificación, Julio de Vido, buscaba poner bajo su órbita a las empresas que le permitirían administrar infraestructuras ferroviarias y operar junto a provincias y municipios redes en desuso, que las privatizadas no explotan. El proyecto, que ya tenía media sanción del Senado, perdió ahora su estado parlamentario.

El tema no había sido incorporado en el orden del día consensuado en la reunión de Labor Parlamentaria. Por pedido del Ejecutivo, el oficialismo intentó sin suerte imponer la iniciativa en la última sesión del año. El propio jefe de la bancada kirchnerista, Agustín Rossi, enfrentó las críticas de todas las bancadas opositoras, incluso de los radicales K, para afirmar que se jugaban a suerte o verdad: “No sabemos si alcanzaremos los dos tercios necesarios. Asumimos el riesgo”, dijo momentos antes de perder la votación. Sólo logró 120 votos afirmativos, 73 en contra y 12 abstenciones. El oficialismo necesitaba 138 votos para conseguir la ley.

La iniciativa, sobre la que el kirchnerismo volverá a la carga en el nuevo período parlamentario, creaba dos nuevas empresas que serían manejadas por Planificación. La primera se denominaba “Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado”, encargada de manejar los “bienes ferroviarios concesionados cuando por cualquier causa finalizara la concesión o se resolviera desafectar la explotación de los bienes muebles o inmuebles” por parte del operador privado. La segunda iba a ser la “Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado”, que tendría como funciones “asumir por sí, por intermedio de terceros o asociada a terceros la prestación de los servicios ferroviarios, de pasajeros o de carga, que se le asignen”. Por ahora, las nuevas empresas han quedado postergadas.