Viernes, 11 de enero de 2008 | Hoy
El ingreso de los trabajadores creció 22,2 por ciento entre noviembre del año pasado y el mismo período de 2006, según el Indec. La cifra es superior a la inflación oficial y cercana a la de estimaciones privadas.
Los salarios aumentaron 1,4 por ciento en noviembre y acumulan una suba de 22,2 por ciento respecto del mismo período de 2006, según informó ayer el Indec. Los empleados públicos vienen siendo los más beneficiados con una recuperación de 1,7 en el mes y de 27,8 por ciento en la comparación interanual. Detrás quedaron los informales con una suba de 1,6 y 22,3 por ciento, respectivamente. Mientras que los trabajadores del sector privado registrados percibieron una mejora en su ingreso de 1,2 en noviembre y 20,1 por ciento en los últimos doce meses. Si se comparan esos valores con el índice de precios minorista del Indec (8,5 por ciento en el mismo período), los salarios de todos los trabajadores evidencian una fuerte recuperación de su poder de compra. Las consultoras privadas ubican, en cambio, la inflación anual entre 15 y 20 por ciento, pero aun en ese caso la mayoría de los salarios muestra una mejora en términos reales, aunque los márgenes se achican de manera significativa.
La evolución de los salarios respecto de la inflación reconoce dos etapas bien diferenciadas. Luego de la devaluación, el conjunto de los trabajadores sufrió una reducción de su salario real debido a la fuerte suba de precios. En ese período, los empleados registrados del sector privado recibieron un aumento, aunque inferior a la suba del costo de vida. Los estatales permanecieron con su ingreso congelado, mientras que en el caso de los informales se combinó el impacto provocado por la suba de precios con una reducción nominal de su salario, pues el alto porcentaje de desocupación los obligó a aceptar una menor paga con tal de conservar su empleo.
A fines de 2003 comenzó un segundo período caracterizado por la recuperación económica, la baja de la desocupación y una mejora salarial generalizada en un contexto de relativa estabilidad de precios. Esa mejora se comenzó a notar primero entre los empleados registrados. Unos pocos meses más tarde se extendió a los informales, pues cuando el piso salarial de los registrados sube, termina impactando entre quienes se encuentran “en negro”. En último lugar quedaron los estatales, quienes recién comenzaron a recibir aumentos de sueldo a partir de 2005.
En 2006 todos los salarios le ganaron a la inflación, pero el ranking se modificó. Los mejor ubicados fueron los trabajadores informales, seguidos por los registrados y los estatales, en ese orden. El año pasado, en cambio, los sueldos de los empleados públicos fueron los que más crecieron. En segundo término quedaron los informales y terceros los empleados registrados. No obstante, estos últimos siguen adelante cuando se analiza cuál ha sido la mejora desde la devaluación, pues acumulan una suba porcentual de 167,7 por ciento, contra un 92,6 de los no registrados y un 84,5 de los empleados públicos. Eso sin contar que antes de la devaluación los empleados registrados del sector privado ya eran los mejor pagos.
Para realizar los cálculos salariales, el Indec efectúa una encuesta mensual a las empresas del sector privado y recaba información del sector público mediante los circuitos administrativos correspondientes. Respecto del sector privado no registrado se realiza una estimación de la evolución de sus salarios sobre la base de la información obtenida mediante la Encuesta Permanente de Hogares. Los trabajadores registrados del sector privado tienen una ponderación de 50,2 por ciento en el Indice, los informales del 19,9 y los estatales del 29,9 por ciento.
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