La inflación se atrincheró en San Luis. Al menos eso es lo que muestran las estadísticas oficiales. El Indec informó ayer que en esa provincia los precios aumentaron 2 por ciento en enero. En las otras jurisdicciones del interior, en cambio, la variación del costo de vida osciló entre 0,4 y 1,3, lo que permitió obtener un promedio de 1,1 que se mantiene en línea con el 0,9 por ciento registrado en la región metropolitana. Los críticos del oficialismo afirman que la inflación de San Luis es la “real” porque el instituto provincial resistió la supuesta manipulación de las estadísticas que viene llevando adelante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Del otro lado, responden que son los hermanos Rodríguez Saá quienes hacen política con el indicador de precios para mostrarse como el último reducto independiente. Más allá de las causas, lo cierto es que los puntanos ya no sólo tiene otra hora, sino también otra inflación.

Luego de que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, intervino el Indec en enero del año pasado, los indicadores provinciales de inflación comenzaron a cobrar mayor relevancia, pues el brazo de Moreno no llegaba hasta las oficinas de estadística de las distintas provincias y allí el costo de vida duplicaba o incluso triplicaba a los números correspondientes a Capital y Gran Buenos Aires. En junio, por ejemplo, la inflación en las siete provincias del interior que aportan datos para la construcción del “índice nacional” promedió el 1,1 por ciento, mientras que en el área metropolitana de Buenos Aires apenas había alcanzado un 0,4 por ciento.

Mendoza y San Luis eran las jurisdicciones donde se registraban las mayores subas de precios. Sin embargo, en septiembre el Indec modificó la cifra que había arrojado el relevamiento realizado en Mendoza durante agosto y, en lugar de publicar el 3,1 por ciento calculado por esa provincia, trasladó al informe nacional una suba de “apenas” 1,5 por ciento. A partir de entonces, comenzó un enfrentamiento público entre el Indec y la Dirección de Estadísticas mendocina que recién concluyó cuando la provincia dejó de difundir su propio número y se limitó a enviarle los datos al Indec para que éste informara la cifra oficial. Esto ocurrió justo después de que el kirchnerista Celso Jaque asumiera la gobernación en reemplazo de Julio Cobos.

Fuentes del Indec afirman que no sólo se cambiaron los datos de Mendoza, sino de otras jurisdicciones, lo que permitió alinear la inflación provincial con el IPC del área metropolitana. Desde septiembre, ambos índices fueron muy parecidos, salvo en noviembre, cuando las provincias registraron una increíble deflación de 0,3 por ciento frente a una suba de 0,9 por ciento relevada en Capital y Gran Buenos Aires. En este nuevo contexto, la única excepción fue San Luis que, desde entonces, tiene el dudoso privilegio de ser la provincia con más inflación del país, por lejos.

Los datos difundidos ayer indican que en los pagos de “El Adolfo” y “El Alberto” el rubro esparcimiento subió 6,1 por ciento en enero, mientras que en la ciudad de Buenos Aires trepó 3; en Córdoba, 2,9; en Santa Fe, 2,5; en Mendoza, 2,3; en el conurbano, 1,7, en Tucumán, 0,9 y en Catamarca, 0,5 por ciento.

Otra diferencia importante se observa en alimentos y bebidas. En San Luis este rubro aumentó 3,1 por ciento, quedando claramente por encima del resto de las provincias. El segundo lugar lo ocupó Córdoba, donde la variación fue de 2 por ciento y el último puesto quedó para la ciudad de Buenos Aires, con un 0,7 por ciento, un dato llamativo que representa menos de un cuarto del aumento registrado en la provincia de los Rodríguez Saá.

En indumentaria, por su parte, los precios cayeron 0,9 por ciento en San Luis, aunque igual quedaron lejos de la cifra de Capital Federal donde, según el Indec, ese rubro retrocedió 2,4 por ciento en promedio. En el resto de las capítulos que componen el índice de precios hubo mayor paridad e incluso San Luis mostró algunos valores más bajos en comparación con el área metropolitana, pero eso no impidió que la provincia terminara duplicando el promedio nacional de inflación.