El FMI despierta pasiones. Al menos eso es lo que le pasó a su titular, Dominique Strauss-Kahn, con la húngara Piroska Nagy, una alta funcionaria del departamento de Africa del Fondo y mujer de Mario Blejer, ex presidente del Banco Central de Argentina. El número uno del FMI reconoció ayer haber cometido un “error de juicio” al mantener una relación íntima con su subordinada, pero insistió en que no abusó de su poder. La institución que tiene base en Washington abrió una investigación para determinar si Strauss-Kahn dio “trato de favor” a la mujer con la que mantuvo el romance, quien abandonó su cargo en agosto, al acogerse a un programa de bajas incentivadas.

El FMI confirmó este fin de semana el inicio de un procedimiento para determinar si Strauss-Kahn favoreció a una subordinada con la cual había mantenido “relaciones íntimas”. “La investigación apunta a saber en qué condiciones Piroska Nagy dejó el FMI”, señalaron fuentes del organismo. Por su parte, Mario Blejer reveló que “mientras ella estaba trabajando en Washington en el Fondo, yo estaba en el Banco de Inglaterra”. Por las dudas, aclaró que hace más de cuatro años que estaban separados.

En momento de una profunda crisis internacional y con un FMI tan cuestionado, las críticas políticas hacia Strauss-Kahn no se hicieron esperar. La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, consideró que en estos momentos se necesita un FMI “sólido”, con alguien “fuerte” a la cabeza del organismo. “Lo que espero es que en este asunto conserve todo su talento y su reputación porque es indispensable que en el momento de la crisis financiera haya alguien fuerte a cargo de la institución”, señaló Lagarde. Este hecho se conoció 15 meses después de que el entonces presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, dimitiera tras conocerse que Shaha Riza, una empleada de la entidad con la que mantenía una relación íntima, había recibido un aumento de salario extraordinario.