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La crisis financiera argentina estuvo entre los temas centrales tratados en las conversaciones que comenzaron ayer en Ottawa entre los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los siete países más industrializados del mundo, el Grupo de los Siete (G-7), a los que se sumaron también España y Rusia. Tras las deliberaciones, el ministro de Economía español, Rodrigo Rato, señaló que “el paquete económico anunciado por Duhalde va en buena dirección, pero requiere aclaraciones, sobre todo en lo que se refiere a las relaciones financieras entre las provincias y el Estado central”, y agregó que esa idea goza del consenso “de todos los actores involucrados, el FMI y los demás gobiernos”. Pero manifestó su voluntad de que el G-7 envíe un “mensaje de solidaridad y de cooperación” hacia Argentina en su comunicado final. Pero todo parece anticipar que sólo tendrá un mensaje de apoyo: salvo Francia, cuyo gobierno impulsó acordar una “pronta ayuda” a Buenos Aires, len el G-7 coinciden en que las discusiones deben canalizarse a través del FMI.