ECONOMíA › EL FONDO MONETARIO QUIERE UN DIALOGO CONSTRUCTIVO CON ARGENTINA

Por qué no charlamos un ratito

Mientras una comisión técnica mantiene activa una misión de asesoramiento con el país para elaborar un nuevo índice de precios a nivel nacional, el FMI continúa castigando al Indec. Su titular, Christine Lagarde, lidera esa tradicional estrategia del organismo.

 Por Fernando Krakowiak

Desde Washington

La titular del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, afirmó ayer que quiere mantener un diálogo constructivo con Argentina. “La presidenta Cristina Kirchner me garantizó que ese espacio de diálogo va a seguir existiendo”, sostuvo. No obstante, aseguró que en esa negociación mantendrán sus exigencias para que el Indec reformule sus estadísticas. “Hay un aspecto en el que no vamos a ceder y es en la calidad de nuestro trabajo. Puede que sea exigente, pero es fundamental que requiramos datos sólidos y consistentes”, agregó en la conferencia de prensa previa a la asamblea que hoy tendrá lugar en esta ciudad.

El histórico edificio del FMI está ubicado en la calle 19 al 700, pero en mayo de 2005 sumó otro complejo en una manzana continua, que le costó 150 millones de dólares. Esa nueva sede también está sobre la 19, pero en la intersección con la avenida Pennsylvania, desde donde se desemboca a la Casa Blanca. El centro de prensa y las salas de conferencias fueron montados en este segundo bunker que tiene un amplio hall desde donde se pueden ver las oficinas de los pisos superiores.

La actividad comenzó a las 8.30, con una conferencia del titular del Banco Mundial, Robert Zoellick, quien advirtió sobre los peligros de la crisis de los países centrales y remarcó que impactará sobre el mundo en desarrollo. Luego fue el turno de Christine Lagarde, quien también habló sobre la crisis, pero focalizando en los pasos que se deberían dar para salir adelante (ver aparte).

Al momento de las preguntas, un colega argentino le preguntó sobre la polémica en torno de las estadísticas del Indec. La francesa respondió con diplomacia, pero dejó en claro que esperan cambios, pues dijo que no van a negociar la calidad de los informes que elabora el Fondo. “Es fundamental que requiramos datos sólidos y consistentes”, sostuvo.

El martes el FMI publicó su Panorama Económico Mundial. En el apartado correspondiente a America latina destacó que Argentina crecerá un 8 por ciento este año, siendo sólo superada por China a nivel mundial. Sin embargo, en una nota al pie desacreditó las estadísticas oficiales argentinas que tomó como insumo para esa cifra. “Hasta tanto mejore la calidad de los datos reportados, el personal del FMI utilizará también otros indicadores alternativos de crecimiento del PBI e inflación para el seguimiento macroeconómico, entre los cuales se incluyen estimaciones de analistas privados”, dice el informe. Lagarde evitó hacer una consideración puntual sobre esa advertencia y destacó la posibilidad de dialogar para alcanzar un acuerdo.

El Fondo está asesorando a la Argentina en la elaboración de un índice de precios al consumidor y ya estuvo dos veces en el país por ese tema en el último año. La primera visita fue el 8 de diciembre, cuando la delegación del organismo se reunió con directivos del Indec y economistas de consultoras privadas. La segunda misión llegó en abril de este año y se dedicó a conocer cómo realizan las mediciones algunas provincias. Ambas partes aclararon varias veces que la tarea de los técnicos del FMI no contempla auditorías como las que se realizaban trimestralmente cuando había que monitorear un acuerdo vigente.

Esas históricas visitas teóricamente servían para hacer una evaluación de los fundamentos de la economía local, pero por lo general derivaban en críticas por parte del FMI a la política económica y luego eran aprovechadas por el establishment local para fustigar al Gobierno. El ex presidente Néstor Kirchner decidió cancelar en diciembre de 2005 la totalidad de la deuda con el organismo. Por lo tanto, la delegación que llegó para colaborar con la confección de un nuevo IPC se caracterizó por el perfil bajo.

El FMI tiene experiencia en el armado de estadísticas. Edita un manual de índice de precios junto con la Organización Internacional del Trabajo, la agencia europea de estadísticas. Sin embargo, el gobierno argentino no le pidió asesoramiento por ese motivo. El puente se tendió para neutralizar la difusión de un informe del FMI que ponía en duda la fiabilidad de las estadísticas elaboradas por el Indec. De hecho, en ese manual que edita el Fondo, se afirma que un IPC debe medir “la inflación de los precios conforme la perciben los hogares”, algo que no se observa en la medición que realiza el Indec.

Después de aquellos encuentros, el Gobierno informó que el IPC-nacional recién estará listo en 2013, porque antes es necesario realizar una encuesta de gastos en los hogares de todo el país, la cual se concretará recién el año próximo. El FMI convalidó este cronograma. El 13 de julio su directorio difundió un comunicado donde se limitó a declarar que “recibió con agrado el compromiso formulado recientemente por las autoridades argentinas de trabajar estrechamente con el personal técnico del FMI para mejorar la calidad de los datos reportados por Argentina sobre el IPC-GBA”. El martes pareció que había dado marcha atrás con ese acuerdo, pero en la reunión que mantuvieron las autoridades del Indec con técnicos del Fondo entre martes y miércoles de esta semana aquí en Washington no se impugnaron los plazos y ayer Lagarde tampoco lo hizo. Por lo tanto, todo parece indicar que los escarceos seguirán, pero respetando el cronograma de reformas previsto.

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Christine Lagarde, del FMI, pide dialogar con Argentina al tiempo que crítica sus estadísticas.
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