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La competitividad fue el tema que más se reiteró como preocupación de los empresarios en la previa a la cena por el Día de la Industria, donde la Presidenta hizo también mención a las distintas aristas que hacen a esta problemática. La caída del mercado brasileño, principal destino de las exportaciones argentinas, el costo de los fletes y una supuesta presión tributaria excesiva es el reclamo en que coinciden los directivos. No faltan los que también admiten su interés por reducir costos vía salarios, pero reconocen que eso no está en la agenda oficial. También se coincide en la necesidad de incrementar la inversión, aunque alertan sobre retrasos en esa dirección producto de la incertidumbre que genera la restricción a la compra de dólares. En cuanto al litigio que enfrenta la Argentina contra los fondos buitre, la apuesta empresaria es, tal como anticipó Página/12, llegar a diciembre del año próximo para arreglar con estos fondos especulativos.

El convite tuvo un alto nivel de concurrencia, lo que obligó a la entidad organizadora, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), a rediseñar el espacio previsto para la cena. El año pasado se vendieron 1700 cubiertos, contra 3080 empresarios inscriptos para esta nueva edición del Día de la Industria. Los precios se mantuvieron congelados respecto del año pasado, en mil pesos. El encuentro cerró con la intervención de Cristina Fernández, previo a que se proyectara un video oficial con los números duros del crecimiento industrial en la última década (ver aparte). “La Argentina no anda tan mal cuando hay gente arriba de los autos que no puede llegar (al predio)”, señaló la mandataria su discurso. El arribo para los empresarios estaba dispuesto a las 19, pero el intenso tránsito impidió la llegada de muchos, quienes lo hicieron recién sobre las 21. Los hombres de trajes contrastaban con los miles de visitantes al predio de Tecnópolis en un feriado para los chicos en edad escolar con motivo del Día del Maestro.

Desde la industria del calzado, Horacio Moschetto aseguró que el sector se encuentra sólido y que este año terminará con un crecimiento respecto del ejercicio anterior, gracias a mayores exportaciones a Brasil y Estados Unidos. No obstante, reconoció que existen problemas con la cadena de pago en el mercado interno y que la demanda –pese a ser alta– es un tanto inestable. Desde el sector de autopartes señalaron que el déficit con Brasil se sigue intensificando. Proyectan para este año un rojo cercano a los 11 mil millones de dólares. “El problema es la competitividad por la presión impositiva”, señaló un directivo del sector, quien reconoció que existen muchas empresas “que simplemente son ineficientes”. No hubo reclamos por inflación, algo lógico por tratarse de un segmento formador de precios.

En el sector electrónico, citado también por la Presidenta, la situación es otra. “Se invirtió mucho en capital de trabajo y en capital físico el último bienio representó 200 millones de dólares”, explicó el titular de la cámara que agrupa a las terminales, Alejandro Mayoral. Un directivo del sector plástico sostuvo que muchas más inversiones están en estudio, pero el cepo cambiario las retrasa. Desde el sector bodeguero se quejaron por el precio de los fletes internos, lo que complica la competitividad de firmas del Interior. La posibilidad de acelerar una devaluación fue descartada por los empresarios. El titular de la cámara marroquinera, Ariel Aguilar, perteneciente a la Agrupación Gelbard, organizó para el 24 de septiembre un encuentro con empresarios opositores para que expliquen su posición pese a “haber ganado tanto dinero en esta década, en comparación con la de los noventa”.