“Desde 1983 hasta 2003 se decía que las empresas públicas no funcionaban. La política, en vez de buscar mejorarlas, decidió venderlas. Fue una etapa caracterizada por la propia negación de la política. Hay que tener mucho coraje para llevar adelante la recuperación del Estado, cuando los más poderosos quieren una política impotente. Esta pelea puede darse con obra pública, empleo, inclusión. Y se la puede ganar de manera colectiva.” El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Mediana, fue el encargado de cerrar la segunda jornada del Primer Congreso de Responsabilidad Social. El funcionario estuvo precedido por el ministro de Planificación, Julio De Vido; el gobernador de Neuquén, Jorge Sapag; el ministro de Salud, Juan Manzur; el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora; el intendente de Florencio Varela y titular de la FAM, Julio Pereyra, y el senador Miguel Angel Pichetto.

“¿Sería posible realizar un congreso de responsabilidad social en un modelo económico de ajuste o donde se estén despidiendo trabajadores?”, se preguntó Pichetto al comienzo de su exposición. “Hoy podemos hablar de responsabilidad social porque tenemos un gobierno que planteó el crecimiento y el desarrollo económico. Me gustaría escucharlo mañana a Felipe González (ex presidente de España), aunque no pueda estar, hablar de este tema con una España del ajuste”, ironizó el jefe de bloque del FpV en el Senado.

Los últimos dos paneles que se desarrollaron ayer tuvieron como eje la articulación de políticas públicas para la inclusión y el desa-rrollo económico. Bajo esta consigna, cada uno de los exponentes –funcionarios del Ejecutivo, gobernadores e intendentes– explicó qué entendían por responsabilidad social, en el marco de las políticas públicas. Lejos del discurso empresario que ubica a la responsabilidad social empresaria más cerca de la filantropía o beneficencia privada, los exponentes realizaron una fuerte defensa del Estado.

“Un buen gobierno es el que hace lo que el pueblo quiere”, sostuvo De Vido, en una clara cita al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que fue quien abrió la jornada de ayer (ver nota aparte). “Hay que ser solidarios con el otro, eso nos ennoblece, para llegar hasta el último de los humildes del país”, manifestó De Vido, quien resaltó las 1745 escuelas levantadas en los últimos diez años, la extensión de 8700 kilómetros de fibra óptica y los 1500 kilómetros de autovías y autopistas.

“En Florencio Varela tenemos el 90 por ciento de cobertura de cloaca, agua potable, el 60 por ciento de pavimentación y el 95 por ciento de conexiones de gas. Tenemos problemas, claro que sí. Pero son problemas diferentes a los de 2003, cuando nos preocupábamos por tener la comida para los pibes en las escuelas. Hoy nos preocupamos para que las netbooks lleguen a tiempo”, explicó Pereyra. Cada uno de los expositores recordó alguna anécdota con Néstor Kirchner, seguida por los aplausos del auditorio compuesto por muchos estudiantes universitarios, cooperativistas y emprendedores.

Hay datos que podrían resultar inconexos frente a una mirada de-satenta como, por ejemplo, la relación entre la baja en la mortalidad infantil y la construcción de escuelas. El ministro de Salud afirmó que la mejora en los indicadores de mortalidad puede explicarse por la construcción de escuelas, por la ampliación del calendario de vacunas gratuitas y por las mejoras en la distribución del agua potable. “Ya no hay más casos de trasplantes de hígado por hepatitis A. Esto no se dice en ningún lado, pero es así”, manifestó Manzur.

“La política con mayúscula no tiene que ver con la antipolítica, con el insulto, con la chicana. Frente a eso, hay que levantar la cabeza y mirar al futuro”, concluyó Abal Medina, quien le auguró una pronta recuperación al gobernador de San Juan, José Luis Gioja.