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“Todo aquel que en la Argentina tiene un proyecto productivo puede recibir financiamiento de parte de nuestro banco, que incrementó el crédito a las pymes como porción de su cartera del 8 al 58 por ciento en los últimos diez años”, indicó Juan Carlos Fábrega, presidente del Banco Nación. Fue en el panel “Infraestructura para la inclusión”, en una sesión paralela del Congreso de Responsabilidad Social. Varios especialistas disertaron acerca de la necesidad de mejorar la infraestructura en el país y en la región.

Un aspecto clave de la infraestructura es el acceso al agua potable, que define calidad de vida para la población. El titular de AySA, Carlos Ben, destacó que “desde 2006, más de 2 millones de personas se incorporaron al servicio de agua potable y más de 1,7 millón, al servicio de desa-gües cloacales”. Adelantó que, antes de fin de año, La Matanza (donde se llevó a cabo el congreso) podrá contar con el ciento por ciento de su población con acceso al agua potable y casi el 70 por ciento a la red cloacal.

Por parte del sector privado, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, planteó que “la inversión en la infraestructura económica y social es el medio más rápido y efectivo de inclusión”. Advirtió que las empresas del rubro muchas veces no encuentran personal calificado, por lo que la cámara junto a la Uocra y el Ministerio de Planificación pusieron en marcha un programa de capacitación.

Para Hugo Eurnekian, vicepresidente de la Unión Argentina de Jóvenes, el Estado debe ofrecer incentivos para que cada actor trabaje en función del interés general. “La responsabilidad social es muy importante y valorable, pero no puede nunca reemplazar al Estado. Sin un marco político, la responsabilidad social corre el riesgo de ser mero asistencialismo discrecional”, advirtió, y calculó que América latina podría duplicar sus exportaciones si tuviera una infraestructura óptima, porque “nos conectaría más entre nosotros y también potenciaría la competitividad”.

Para ofrecer una experiencia “micro”, formó parte del panel Juan Enriquez, coordinador del programa de Urbanización de Villas y Asentamientos del Partido de La Matanza, quien tuvo un papel importante en la dirección del proceso de urbanización de Villa Palito. “Una villa es un cuerpo enfermo. No se resuelve con un médico, se necesitan muchos especialistas”, manifestó.