ECONOMíA › CRITICAS DEL FMI A LA ARGENTINA
Eramos tan buen alumno
De ser el mejor alumno de la clase se convirtió en el peor de todos. Aquel que nadie debe imitar. Esa fue la transformación que en poco tiempo mostró la Argentina, según la particular mirada del FMI. Kenneth Rogoff, economista jefe del organismo internacional, puso ayer a la Argentina como ejemplo de lo que no debe hacerse en cuestiones económicas. Lo llamativo es que Rogoff hacía referencia al fuerte endeudamiento que tuvo el país en los años ‘90, época en la que siguió, al pie de la letra, los mandatos del Fondo.
La apreciación de Rogoff, un experto muy respetado en los ámbitos académicos, se dio en el marco de un análisis sobre las perspectivas de la economía mundial en general y el endeudamiento de los países emergentes en particular. El FMI realizó estudios sobre esos temas, a propósito de su inminente convención anual, y Rogoff realizó una conferencia telefónica desde Washington con analistas. Según Rogoff, el nivel de la deuda pública de los países emergentes, como la Argentina, emite “al menos la luz amarilla de alerta”. El Fondo consideró “preocupante” el aumento de la deuda y recordó las reestructuraciones “traumáticas” de los últimos años en países como la Argentina, Ecuador, Pakistán, Rusia o Uruguay.
Al considerar peligroso el sobreendeudamiento de los países más pobres, el Fondo recomendó aliviar el peso de los pasivos en las buenas épocas, cuando la economía muestra una genuina expansión. Fue en ese momento que los invitados de Rogoff escucharon por la línea telefónica que éste ponía a la Argentina como el caso a desechar. “La Argentina es un buen ejemplo de por qué es necesario aprovechar los buenos tiempos para aliviar la deuda”, afirmó el experto. Se refería a los años dorados de la convertibilidad.