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En el balance de su visita a Washington, Kicillof puso de especial relieve los acuerdos de créditos obtenidos con el Banco Mundial, por 675 millones de dólares, y compromisos del BID por desembolsos de 1250 millones de dólares en el transcurso de este año. “Conseguimos créditos que se inscriben en nuestras proyecciones de políticas de infraestructura, también en las políticas de cambios estructurales como el desarrollo educativo en zonas rurales, pero también de inclusión social, como los destinados al financiamiento del programa Empleo Joven. Consideramos que son formas provechosas de colaboración de estos organismos de crédito de fomento que, a diferencia del FMI, no buscan intervenir en las políticas públicas del país”, subrayó.

“Nuestra relación con la banca de desarrollo tiene que ver con buscar el respaldo a políticas de inclusión y programas que el país ha decidido llevar adelante. En este sentido, estamos convencidos de que cuando el crédito externo viene vinculado a la actividad productiva o a la atención de problemas de la población más vulnerable, es provechoso y saludable”, señaló. “El tema central no es la deuda. La cuestión es para qué se la emplea. Lo importante es que esté vinculado a políticas públicas propias y no a condicionamientos que limiten la aplicación de esas políticas, que es exactamente lo contrario.”

Agregó que “tampoco es un crédito para pagar otro anterior y reendeudarse sumando intereses. Eso sería sostener ficciones financieras, como se hizo hasta que estalló la convertibilidad, con planes de ajuste que obligaban a reducir el gasto público, o créditos que iban destinados a reestructurar empresas públicas para facilitar su privatización”. También resaltó como un gran avance que, en esta “reunión de primavera” del FMI y el Banco Mundial se planteara la necesidad de incentivar el financiamiento internacional en inversiones de infraestructura como mecanismo para sostener el crecimiento.

En un contacto con la prensa antes de dejar Washington, el ministro de Economía respondió a una consulta sobre la elaboración del nuevo índice de precios y la evaluación a cargo de técnicos del FMI. “Es un trabajo a largo plazo, y hasta que es evaluado, ajustado, lleva mucho tiempo. Estamos comprometidos en ese trabajo y sabemos que el FMI está satisfecho con los avances que se han dado.” Con respecto a la próxima reunión de la Junta Ejecutiva del Fondo, a mediados de mayo, en la que se analizarán los avances de la nueva metodología, el ministro anticipó que Argentina va a solicitar que la tarea conjunta se extienda por algún tiempo más.