Desde Rosario

En las PASO de hoy en Santa Fe se definirán los nombres de quienes competirán en las elecciones provinciales del 14 de junio. Poco más de 2,5 millones de electores deberán elegir a los postulantes para cinco categorías con el régimen de boleta única: gobernador y vice, intendentes, diputados provinciales, senadores departamentales y concejales. Un festival de listas que esta noche quedarán reducidas a lo sumo a seis candidatos a la gobernación, otro tanto para las intendencias de las principales ciudades y a la tercera parte o menos para los cargos legislativos. Además de eso, y de cara a los comicios generales, permitirá marcar tendencias que no parecen definitivas.

La historia de este sistema en Santa Fe ha mostrado que quien gana las primarias no necesariamente resulta electo gobernador dos meses más tarde. En esta elección en particular, el escenario inicial –de polarización entre el gobernante Frente Progresista y el PRO– ha derivado, según lo reconocen los propios candidatos, en una discusión entre tres. A las afianzadas candidaturas del socialista Miguel Lifschitz y del macrista Miguel Del Sel se ha agregado la del Frente para la Victoria, con Omar Perotti, que largó tarde su campaña tras la deserción de María Eugenia Bielsa.

En Rosario, donde también gobierna el socialismo desde hace más de 20 años, los últimos sondeos daban cuenta de una atomización del voto, lo cual en alguna medida favorecería las chances del oficialismo que aún con una elección más pobre que las anteriores no vería peligrar su liderazgo.

Miguel Del Sel picó en punta no sólo por el alto grado de conocimiento, sino por ser su tercera campaña –ha dejado de ser “algo nuevo para la política”–, en estos comicios presentó alrededor de 70 listas entre provinciales y departamentales. Sus adversarios del peronismo, con Omar Perotti a la cabeza, lo hicieron con más de 400 y los frentistas de Lifschitz y el radical Mario Barletta presentaron más de 500 nóminas. Este es un dato no muy tenido en cuenta por los encuestadores que desdeñan el despliegue territorial y el “aparato” de los partidos al suponer que la boleta única, con foto del candidato, puede contrarrestar esos elementos.

En el caso del ex intendente de Rosario, su nivel de conocimiento es alto, no llega al del Midachi pero supera el 80 por ciento y Omar Perotti rema contra esa corriente ya que en algunos departamentos es tanta la gente que lo conoce como la que aún no sabe quién es. Sin embargo, y merced a un trabajo arduo de recorridas y medios, el ex intendente de Rafaela fue el que más creció en los últimos 30 días en relación a sus adversarios, y sólo se sabrá cuánto a la hora de contar los votos.

Si hay una coincidencia entre los encuestadores es que la de hoy no será una elección polarizada en la que según las mediciones en el mejor de los casos alguno de los candidatos pasará el 30 por ciento. Esto fue lo que movilizó a la provincia a los referentes nacionales, en el caso del FpV todos sus precandidatos presidenciales, y el día del cierre de campaña Daniel Scioli acompañó a Perotti en Rosario como lo había hecho dos días antes en la ciudad de Santa Fe y en Reconquista. Mauricio Macri aterrizó por tercera vez en Rosario también al cierre de campaña y Margarita Stolbizer hizo lo propio un par de días antes. En el caso de Sergio Massa su mayor presencia fue para apuntalar a su candidato a intendente de Rosario, Alejandro Grandinetti, más que a sus aspirantes a la gobernación Oscar Martínez y Eduardo Buzzi, muy rezagados en la carrera hacia la Casa Gris.

La presencia de los precandidatos presidenciales revela por un lado la importancia que las primarias santafesinas tienen en el contexto nacional, y a la vez dan cuenta de las expectativas favorables que todos imaginan. Nadie viaja a sacarse una foto con un candidato si esa figura no tuviera chance alguna.

A diferencia de anteriores primarias, estas presentan un escenario que podría dejar conforme a los tres principales candidatos, aunque el orden de llegada y la diferencia de puntos entre sí puede marcar una tendencia importante pero no definitiva para los comicios de fin del otoño.

Alrededor de Del Sel creen que sus chances de ser el próximo gobernador de Santa Fe crecerían notablemente si fuese el candidato más votado. Aún cediendo el primer lugar frente a la suma de votos del Frente Progresista –que es el único que tiene “interna”– que lleva como candidato a Lifschitz en una lista y a Mario Barletta en otra.

Los socialistas consideran que serán la fuerza más votada, pero su tránsito hacia la Casa Gris sería más aliviado si Lifschitz sumara más votos que el PRO, más allá de los que pueda aportar Barletta. Y Perotti, que viene de atrás, de muy atrás podría decirse, se propuso como objetivo superar el 20 por ciento en las PASO, cifra que lo dejaría expectante en la medida en que ninguno de sus adversarios perfore el techo de los 30 puntos.

Como se ve, pueden darse los tres escenarios simultáneamente, y si bien los porcentajes dentro de esa franja marcarán los estados de ánimo, de darse estos resultados –que pronostican con leves variantes todas la encuestas– podrá decirse que se trata de una elección con final abierto, más aún si ese “final” son los comicios del 14 de junio, día en que se elegirá al sucesor de Antonio Bonfatti.